El Málaga CF supo sufrir cuando se vio obligado a ello, supo sacar pecho cuando vio que tenía posibilidades de igualar el marcador y supo aprovechar esas oportunidades para marcar dos tantos. El empate ante el Eibar, un equipo que busca que el camino en LaLiga SmartBank solo dure un año, devuelve las buenas noticias porque sí, "solo" es un empate, pero el equipo logró reponerse y ser superior en muchos instantes del partido.
El Málaga CF puede sacar muchas noticias positivas de este encuentro. La primera es el gol. El equipo solo había marcado dos tantos como visitante en su visita a Ibiza que acabó también con el resultado igualado en los últimos minutos, esta vez de la mano de Roberto. La segunda es el control del partido y es que tras el penalti que falló Expósito, el equipo se hizo con el balón y empezó a buscar las ocasiones sin tener que lanzar balones en largos o ir en contraataque. Y la tercera es el causante de todas las anteriores: Dani Lorenzo.
El equipo viajó a Eibar con ocho bajas y cuatro de ellas afectaban al centro del campo: Luis Muñoz, Ramón, Jozabed y Genaro, este último por sanción. Por lo que José Alberto solo podía contar con un jugador de dicha demarcación de la primera plantilla como era Alberto Escassi. Así que el técnico asturiano se vio obligado a recurrir a La Academia para buscarle compañía al capitán y el joven supo responder a las exigencias.
Tanto fue así que debutó en el once titular del Málaga CF. En el primer tiempo no se vio demasiado cómodo. El equipo dispuso de muy buenos minutos al principio del partido y el canterano acompañó el juego desde una posición menos protagonista. Al igual que el resto de sus compañeros, sufrió un ahogo por parte del Eibar desde el minuto 25 y, como el conjunto visitante dispuso de menos posesión del balón, él gozó de menos oportunidades para construir el peligro desde el centro del campo.
Pero todo cambió cuando volvió a saltar al campo tras el descanso. Regresó enchufado y se comportó como si fuera un jugador veterano en el equipo. Ejecutó los pases con criterio, creó ocasiones de peligro como el remate de Jairo (66’), supo saber qué necesitaba cada jugada y hacia dónde debía ir el balón… una clase maestra de saber gestionar el partido para alguien que solo había disputado 21 minutos con su equipo en el encuentro ante el Amorebieta.
A pesar de que fue sustituido por Hicham, las sensaciones que deja Dani Lorenzo en su primer gran partido con el Málaga CF son excepcionales. El club ha encontrado una joya en el centro del campo y, aunque los jugadores de mayor experiencia vayan volviendo de sus lesiones, José Alberto ya sabe dónde encontrar a ese timón que controle el juego, algo que el equipo lleva echando mucho de menos en los últimos partidos y que el doble pivote con Genaro y Escassi no da.
Nuevas soluciones
Las ocho bajas en la zona media del campo han obligado a que el entrenador haya tenido que realizar un rompecabezas en el once inicial y con los cambios. La alineación del principio se asemejaba a un 4-2-3-1 con Escassi y Dani Lorenzo, y por delante Paulino, Jairo y Brandon con total movilidad. A pesar de que este esquema se rompió con un 2-1 en contra, el sistema funcionó.
Cuando el joven canterano fue sustituido por Hicham, todo cambió y ya parecía un 4-3-3 con Paulino y Jairo acompañando en el centro del campo al capitán. El '7' sí que se pudo ver más afectado por esa alteración, ya que perdió de vista la banda. Pero quien gozó de gran protagonismo en esa posición de interior fue el otro cántabro. No buscaron a Jairo con balones en largo, sino que era él mismo con sus conducciones y asociaciones quien encontraba ventajas para sus compañeros.
Lo cierto es que, obligado por todas estas situaciones, José Alberto realizó experimentos en la zona media del terreno de juego y de ellos ha encontrado varias soluciones muy útiles. Los lesionados volverán y uno de esos previsibles fichajes de invierno, si la FIFA retira la sanción, podría ir orientado hacia esa demarcación. Pero el técnico ha encontrado de esos inventos a un Jairo mucho más controlador del juego y a la nueva joya: Dani Lorenzo.