Son cinco meses sin ganar como local y La Rosaleda está como loca por celebrar un triunfo que sea el definitivo, el que deje al Málaga en Segunda División una temporada más, para olvidar en este caso- Pero para ese análisis ya habrá tiempo. El Burgos será el rival. Los billetes están agotados. Y Pablo Guede ha levantado el ánimo de la tropa. Están todos los ingredientes para que en torno a las diez de la noche el malaguismo respire aliviado.
Ni el más pesimista de la parroquia blanquiazul se imaginaba por el mes de agosto, cuando la temporada echaba a rodar, que lo que se jugaría el Málaga en el último partido en La Rosaleda sería nada menos que la permanencia. Pero ese es el escenario que se dibuja este sábado a partir de las 20.00 horas en el estadio de Martiricos. Tras una temporada en la que el Málaga ha sido incapaz de despegar, el cuadro blanquiazul se ve abocado a jugarse la penúltima bala para continuar en Segunda División en la última cita delante de su público, al que no le da una alegría desde hace más de cinco meses, cuando le ganó a Las Palmas en la que fue la última victoria como local.
Las matemáticas están claras: una victoria, pase lo que pase en otros partidos, deja al Málaga en Segunda un año más. El empate e incluso la derrota le valdrían a los blanquiazules siempre que Real Sociedad B y Amorebieta hagan lo propio en sus respectivos partidos. De lo contrario, el Málaga se la jugaría en Lugo en la última jornada. El Málaga llega a este choque con cinco puntos por encima del descenso, con 45, con seis por jugarse.
El envoltorio del partido es inmejorable. El Málaga hizo un llamamiento a la afición y esta ha respondido agotando el papel. Además, hay convocado un recibimiento al autobús del equipo a su llegada al estadio. Se esperan más de 25.000 gargantas empujando en una Rosaleda vestida de gala en la que sería la mejor entrada del curso.
En lo deportivo, el equipo de Guede llega con la moral por las nubes tras la trascendente victoria en Tenerife que aflojó la presión de la soga al cuello que tenía el equipo en ese momento, solo dos puntos por encima del descenso.
En el capítulo de bajas, Brandon, pichichi del Málaga con nueve goles, se pierde el duelo tras ver la quinta amarilla en el Heliodoro. Se une de esta forma a las habituales de las últimas jornadas como Juande, Hicham, Javi Jiménez, Jozabed o Antoñín, que tras su acto de indisciplina ya no vestirá más la camiseta del Málaga.
En cuanto a las altas, aunque ya estuvo en Tenerife, Guede podrá contar con un Ramón al cien por cien, que viajó mermado las Islas Canarias.
Incógnitas en la alineación
El once que peleará por la salvación presenta varias incógnitas. Una de ellas no estará en la portería, donde Dani Martín es un fijo.
En la defensa el único fijo parece Escassi. La pareja de baile del paleño puede ser Lombán, en el banquillo en Tenerife tras ser padre la pasada semana, o Peybernes, que mejoró sus prestaciones la última jornada. También está disponible Andrés Caro.
En el lateral izquierdo lleva ventaja Víctor Olmo. Pero el hecho de que fuese sustituido en el descanso en el duelo de Tenerife le abre una puerta a Cufré. En el otro ala, Víctor Gómez se quedó en el banquillo tras volver de sanción debido a las buenas prestaciones de Ismael Casas, asistente en el primer gol y que estrelló una pelota en la madera.
En el centro del campo parece que dos posiciones tienen dueño. Genaro por un lado, y por el otro, a tenor de los elogios que ha recibido de Pablo Guede en la rueda de prensa previa al partido, Dani Lorenzo parece que volverá a ser de la partida. La principal duda está en si Guede apostará de inicio por el capitán Luis Muñoz, que jugó "por encima de sus posibilidades" en Tenerife, o en cambio colocará a Febas para llevar la manija. Ramón, ya recuperado, también puede tener opciones.
Arriba Álvaro Vadillo es fijo. Febas puede ser otro hombre del ataque si Guede no lo retrasa. Y falta saber cómo suplirá el entrenador argentino la baja de Brandon. Sekou Gassama, Roberto y Pablo Chavarría son los tres nombres que se barajan para el puesto. Solo el de Granollers, la 'pantera', ha sido titular bajo las órdenes de técnico bonaerense.
El rival
El antagonista del Málaga será un Burgos que bajo la denominación de CF visita por primera vez en su historia La Rosaleda. El cuadro dirigido Julián Calero ha cumplido el objetivo de la permanencia con holgura en el año de su vuelta a Segunda División y llega sin presión ninguna. La principal amenaza del conjunto burgalés el Pablo Valcarce, máximo artillero con diez goles. Ha levantado suspicacias el hecho de que Calero, padre de Iván Calero, lateral derecho del Málaga cedido en el Alcorcón, sea el técnico rival.
El Burgos es duodécimo con 51 puntos y llega a Málaga tras cuatro jornadas sin ganar.
Un toque de picante, por si fuera poco el que tiene el partido, lo pone el hecho de que la Real Federación Española haya designado al árbitro González Esteban para impartir justicia en La Rosaleda. Se da la circunstancia de que pertenece al Colegio vasco, y el Málaga se está jugando los cuartos con dos equipos de esa comunidad, Real Sociedad B y Amorebieta.
Para más inri, el Málaga sólo ha conseguido un punto de doce posibles esta temporada cuando ha sido dirigido por González Esteban.
Con todo esto, ha llegado el momento de espantar todos los fantasmas que sobrevuelan La Rosaleda y respirar tranquilos. Es una tarde no apta para cardiacos.