Es jornada de transistores y de calculadoras. El Málaga CF se juega la permanencia este sábado en el estadio de La Rosaleda a partir de las 20.00 horas contra el Burgos, que llega a la capital de la Costa del Sol sin jugarse nada más que el prestigio que puede darle una victoria en el templo malaguista.
Las cuentas para mantenerse un año más en Segunda División, un objetivo de mínimos para un club como el Málaga que se había complicado sobremanera en las últimas jornadas, especialmente tras la derrota en Las Palmas y la victoria de la Real Sociedad B en Valladolid.
La victoria frente al Burgos dejaría al Málaga una temporada más en la categoría de plata del fútbol español, independientemente de otros resultados. Pero hay que contemplar todos los escenarios.
Al Málaga también le valdría conseguir el mismo resultado que obtengan tanto Real Sociedad B y Amorebieta en sus respectivos partidos.
Si el equipo de Xabi Alonso empata contra el Huesca en El Alcoraz, y el Amorebieta hace lo propio en Cartagena, a los blanquiazules les serviría un empate contra el Burgos.
Si tanto Real B como Amorebieta pierden sus partidos, la derrota no impediría al equipo dirigido por Pablo Guede quedarse en Primera División.
De no firmar la permanencia esta jornada, los blanquiazules se lo jugarían todo a una carta en Lugo, pero siempre dependiendo de sí mismos, ya que pase lo que pase en el partido contra el Burgos, el Málaga acabará la jornada fuera de los puestos de descenso.
El cuadro dirigido por Pablo Guede se ganó el derecho a jugarse la permanencia en La Rosaleda a dos jornadas del final del campeonato con la importante victoria en Tenerife por 0-2, cuando el equipo más lo necesitaba.
El horizonte se había oscurecido tras los últimos partidos, pero esos tres puntos en el Heliodoro Rodríguez López permitirán que La Rosaleda sea este sábado una fiesta empujando por quedarse una temporada más en Segunda División y pensar en cotas mayores a partir del verano.