Sin tiempo que perder, lejos de empezar la pretemporada con una toma de contacto con sus jugadores, Pablo Guede se ha puesto el mono de trabajo para trabajar con sus jugadores uno de los aspectos clave, si no el que más, de lo que quiere que sea el Málaga CF 2022-2023: la presión.
En una mañana, la del lunes, en la que los jugadores del Málaga regresaron a los entrenamientos en el campo de la Federación Malagueña tras las vacaciones, Guede, como ya había anunciado, empezó a preparar la temporada con todas las de la ley. Ya lo había avisado el argentino.
Fue en la última parte del entrenamiento, la que abrió el club a los medios de comunicación, cuando en varios ejercicios de la sesión el preparador malaguista concentró ejercicios de presión.
En los habituales rondos, tanto Guede como su segundo Francisco Bravo aprovecharon para, desde fuera, imprimirle intensidad al ejercicio, especialmente a los que tenían la función de recuperar la pelota.
Después, sin los lesionados ni los descartes, montó otro ejercicio en el centro del campo con todos los jugadores divididos en tres grupos para trabajar una presión más precisa, en la que los malaguistas tenían que elegir el momento exacto en el que saltar a robar la pelota.
Similar fue el último ejercicio, que incluía finalizaciones con los porteros ya entre los palos.
El mensaje lo tienen claro los jugadores blanquiazules desde el primer día. El entrenador quiere "más hambre y más intensidad", resumía el capitán Luis Muñoz al finalizar el entrenamiento.
Ya lo adelantó el entrenador argentino en un encuentro con los medios de comunicación en la semana previa al inicio de esta pretemporada que se acaba de estrenar. Él quiere un Málaga al ataque, que no pare de ir hacia adelante. Y para ello, lo primero es la presión para recuperar la pelota. Una presión adelantando las líneas e incluso asumiendo riesgos en defensa.
Busca Guede un Málaga que pase la mayor parte del tiempo en campo contrario. Tiene un mes y medio por delante para trabajarlo.