Su marcha se interpretó en su momento como un peligro para las nuevas generaciones de la Málaga tecnológica. Ellos prefieren verlo de otra manera: desde Valencia, están aprendiendo y abriendo un camino que en la Costa del Sol seguramente no encontrarían. Luego, todo esa recompensa que alcancen la llevarán de vuelta a casa para hacer a los que vengan después un camino más fácil del que tuvieron ellos.
Las startups Zexel, Wains y Agrow están entre las más prometedoras de la Costa del Sol y, desde hace unos meses, continúan su trayectoria en Valencia. Las dos primeras lo hacen en Lanzadera, la aceleradora de empresas del dueño de Mercadona, Juan Roig; la tercera lo hace en el programa de GoHub. Allí, encuentran lo que les hubiera sido más difícil encontrar en su provincia de origen: las corporaciones, los contactos o los referentes para entrar en el mercado con todas las de la ley. EL ESPAÑOL de Málaga se ha trasladado a la capital del Turia para comprender sus inquietudes de primera mano.
"Málaga ahora mismo tiene esa brecha. En las fases iniciales tienes a [la inversora de talento] Demium y a Link by UMA, pero luego ya pasas directamente a las startups grandes con mucho tiempo o a las grandes corporaciones", asegura el CEO de Wains, Óscar Arbulu, presencialmente en la cafetería de la propia Lanzadera.
Empresas como la suya están en la conocida como fase 'semilla', en la que la empresa ya ha desarrollado su producto y sale al mercado, y les cuesta encontrar referencias en Málaga en ese momento justo del crecimiento: "Los emprendedores aprendemos chupándonos el conocimiento unos a otros, somos como parásitos (...) Aquí puedo recurrir a mucha gente para preguntar por esa fase en la que estoy justo a punto de pasar. Lo más importante del emprendimiento no es un pedazo de edificio; es el ecosistema, poder hablar con uno y entender su problema", insiste Arbulu.
El COO de Zexel, Valentín Veliz, coincide. Subraya que en Valencia está enfocándose más en la construcción del negocio, no tanto en la financiación externa: "A pesar de que te ponen inversión, a Juan Roig no le interesa meterte dinero, sino que hagas tu negocio escalable". Su compañía de márketing de influencers, que en Málaga era una apuesta casi exótica, ha encontrado en Lanzadera al menos a otras cinco empresas del mismo sector: "Aquí es todo mucho más grande y te nutres muchísimo", resume.
Un breve paseo por las instalaciones hace imposible quitarle razón, al menos, en el tamaño. La incubadora del dueño de Mercadona tiene su gran sede en el puerto de Valencia; en esa primera línea de playa que tantas veces el CEO de Uptodown, Luis Hernández, ha demandado para las startups de Málaga. En la capital levantina, varios centenares de compañías tecnológicas de todo el país en diferentes estadios de crecimiento se concentran en el suelo que probablemente reúna más talento empresarial emergente por metro cuadrado de toda España.
"Ni en tres años soy capaz de conocer a toda la gente que hay aquí; mientras que en Málaga, al final, nos conocemos todos", resume Veliz. ¿Significa eso que ya han trascendido su provincia de origen? En absoluto. "Todo lo que aprendamos queremos retribuirlo en Málaga. Hay muchísimo talento allí, gente con muchas ganas de hacer cosas, pero pocas referencias", plantea.
"Nadie se quiere ir de Málaga"
Agrow es la tercera pata de la colonia malaguita en Valencia. Esta empresa de optimización del riego está en GoHub, el fondo de inversión corporativa de Global Omnium, especializado en el agua: un vertical especializado que les viene como anillo al dedo para seguir creciendo, y al que en Málaga no podían aspirar.
"Sentimos que no íbamos a tener una buena aceleradora que nos diese el empujón en cuanto a ventas, un aliado comercial fuerte, este tipo de cosas", explica el cofundador de Agrow, Pablo Crespo, en conversación con este periódico: "No hay un programa de referencia para esta fase de las startup".
"En Málaga tenemos una parte de incubación que está creciendo mucho; pero, a nivel interno, cuando una startup pasa esa fase hay un hueco, un vacío que casi solo puede ser rellenado o por un grupo de aceleración muy potente o por una corporación que le interese. Hace falta un motor de cambio similar al de Demium en su fase", argumenta Crespo.
Según dice, GoHub les ha ayudado "un montón" porque "se involucran mucho": "Nos mete mucha caña, son un equipo muy fuerte, están muy bien posicionados", subraya. La aceleradora les aporta una "red de clientes, de contactos, autoridad… Todo lo que le falta a una startup". "Gracias a ellos estamos regando jardines en Catar, los que están al lado de los estadios de fútbol en los que se va a celebrar el mundial. Ellos te llevan al mercado cuando nadie cree en ti", indica.
¿Significa eso que ya no quieran saber nada de su origen? De nuevo, negativo. "Nuestra sede sigue siendo Málaga, tenemos el compromiso con nuestra ciudad. Ninguna startup se quiere ir de Málaga, pero hay un punto en el que tienes una necesidad que no te puede satisfacer. Nosotros no teníamos ningún referente, pero ahora vamos allá y a todas las startups que están empezando les plasmamos nuestra visión", plantea Pablo Crespo. Se convierten para los que vienen en lo que ellos necesitaron en el pasado.
Entonces, ¿qué nos falta?
Para Pablo Crespo, las grandes multinacionales "tendrían que estar dispuestas a confiar en las startups": "Todo es cuestión de tiempo. Esperemos que estas empresas que han apostado por Málaga se den cuenta, que las primeras beneficiadas son ellas".
Para Óscar Arbulu, en Málaga todavía hay "saltos muy grandes" entre las piezas del ecosistema, "faltan los conectores". "Hay movimiento, pero mucha dispersión", afirma, aunque "cada vez hay más cosas y más conexiones, se van uniendo nodos, se está construyendo".
Para Víctor Veliz, está por explotar en la Costa del Sol la "conexión entre grandes corporaciones y los que están empezando", además de con "las colonias en inglés" de nómadas digitales, teletrabajadores o empresas foráneas.
Crespo: "A nivel de ecosistema emprendedor, Valencia está más estabilizado. No da la sensación de estar creciendo tanto, pero está más maduro. El de startups de Málaga está creciendo y tiene más proyección, pero si lo miras de tú a tú aquí seguramente está más asentado".
Arbulu: "En Málaga está sucediendo algo que no sucede en ningún sitio, respiras esa ebullición de algo a punto de estallar. No nos hemos ido para no volver. Estamos todos conectados con Málaga, si algo bueno tiene el emprendimiento es que no hay sentido de competitividad. Nos ayudamos todos en todo momento. Buscas hueco porque ellos también lo sacan conmigo cuando yo lo necesito. Otra gente se irá a Madrid, otros a Barcelona, otros a Estados Unidos. Todos aprenden y de ahí nos nutrimos todos. En Málaga está sucediendo algo muy grande, eso es innegable. Cada uno va sumando desde su lado y llegará un punto en el que se consolide. Es cuestión de tiempo".