El Málaga CF ya tiene 12.500 socios. Eso quiere decir que ronda los 13.000 que tuvo la temporada pasada. Esto, con toda la pretemporada por adelante y con algunos fichajes que faltan por llegar para apuntalar una plantilla que ha desatado la ilusión en el malaguismo.
Tras una temporada que no tiene otro calificativo que fracaso, el Málaga lanzó la campaña de abonos con una afición de capa caída, sin apenas alicientes ni incentivos para 'acudir a las taquillas a retirar el carné’ (algo que ya no es necesario debido a la tecnología).
La campaña de abonos se lanzó el 10 de junio y se puso en marcha el 13 del mismo mes. La primera semana se cerró con unos 7.000 abonados debido, especialmente, a los aproximadamente 5.000 que tienen activada la renovación automática.
Se puede pensar que la estrategia para la campaña de la venta de abonos fue equivocada y que antes, debido al malestar de los malaguistas tras una conquista de la permanencia emborronada por las formas, la afición podría haber tenido algún tipo de estímulo.
Pero casi un mes después ha llegado el aldabonazo que necesitaba el malaguismo para darle un empujón a la renovación de los abonos. El goteo de renovaciones que han ido cayendo ha sido sustituido por una tormenta en los últimos días debido a la llegada de fichajes de relumbrón que han elevado las expectativas del Málaga CF.
Primero Aleix Febas, después Fran Sol y la traca final de Rubén Castro, provocados por un cambio de paradigma en la entidad, con mayor ambición en cuanto a la búsqueda de refuerzos, y después la presentación de una camiseta que ha calado desde que vio la luz en toda la afición, despejan cualquier duda de que La Rosaleda volverá a ser un año más uno de los estadios con más afluencia de toda la categoría, por encima incluso de muchos de Primera División.
Si cuando el balón eche a rodar el equipo carbura según las expectativas que se han levantado en los últimos días, el Málaga CF superará con creces los abonados de la última campaña y puede volver a acercarse a los niveles prepandemia, cuando el club tuvo 18.000 socios.
La fidelidad de los malaguistas, una vez más al descubierto.