Adiós a los campos de la Federación Malagueña, adiós a Estepona, adiós a los amistosos veraniegos que siempre dejan con la miel en los labios. Adiós a todo eso para decirle "hola" a la competición, a lo serio, a lo que de verdad importa. Eso es lo que hace el Málaga CF esta semana en la que traslada su cuartel general a las instalaciones de La Rosaleda, donde se ejercita desde la tarde de este lunes con la mente puesta en El Plantío, donde le cortará la cinta a la nueva temporada midiéndose al Burgos CF el próximo domingo a partir de las 22.00 horas.
Vuelve la rutina al día a día del Málaga CF y eso quiere decir que la pelota echa a rodar en breve. Después de algo más de un mes de pretemporada, culminada el pasado sábado con el amistoso contra el Granada en Los Cármenes, Pablo Guede instala el campo base en La Rosaleda para empezar los entrenamientos en el Anexo.
Se acabaron las dobles sesiones. Después de entrenarse por la tarde el lunes, desde este martes el equipo tendrá una sesión diaria cada mañana en el Anexo, como sucede habitualmente durante de la competición.
Para esta semana hay previstos entrenamientos hasta la mañana del sábado. Tras el último ejercicio, el equipo emprenderá el primer viaje de la temporada a Burgos, donde le esperan los locales la noche del domingo.
Otro elemento de la rutina son las ruedas de prensa, una obligadas por LaLiga y otras organizadas por el club. A lo largo de la semana está previsto que hable el capitán Luis Muñoz y también el entrenador, Pablo Guede. Es obligatorio que el entrenador comparezca mínimo 48 horas antes del partido, y así lo hará el argentino. Falta por saber si viernes o sábado.
Este modo competición activado por el Málaga llega en el mejor momento, con la enfermería vacía de jugadores, que estarán todos disponibles para el estreno liguero, salvo algún contratiempo esta semana.
Solo queda la incógnita de saber si llegará alguna incorporación más en lo que queda de mercado, en el que el Málaga CF está pendiente de la posible venta de Ricardo Horta al Benfica por parte del Sporting de Braga. Eso supondría un buen pellizco económico para el club blanquiazul, que podría firmar a algún jugador de garantías para la zona de arriba.
Mientras llega o no, ya huele a fútbol de verdad en La Rosaleda.