En el minuto 36 del primer partido del Málaga CF, la pelota le llegó a Javi Jiménez en tres cuartos del flanco izquierdo del ataque blanquiazul. Se la dio dentro a Rubén Castro que la acarició de tacón para Febas, que estaba detrás al borde del área. El canario tiró el desmarque y el ex del Mallorca lo citó solo delante de Caro.
Castro remató como pone en el manual del delantero, al palo largo, pero portero burgalés sacó la mano para mandar la pelota a córner. Poco más hizo el equipo de Guede en ataque. Hasta la última jugada del partido, dónde volvieron a escribir el guión los tres mismos protagonistas.
Esa es la buena noticia que se trajo el Málaga de su pobre estreno liguero en El Plantío de Burgos. La sociedad entre dos de los jugadores llamados a marcar diferencias durante los partidos.
Uno hizo exactamente lo que se espera de él, estar siempre en el mejor sitio antes que nadie para rematar a portería. El otro, fue el único capaz de romper líneas en el bloque de granito que fue el equipo de Julián Calero. Cuando se encontraron, el Málaga fue muy peligroso. Pero conectaron poco para lo que requería el duelo.
El que está llamado a ser la principal pareja de baile de ‘RC24’ se fajó en toda la primera mitad sin suerte. Fran Sol, además, en los últimos lances de la primera parte salto de espaldas buscando un balón que venía de arriba y al caer, con el contacto con el jugador del Burgos, sufrió un esguince de rodilla. Se tuvo que quedar en la caseta en el descanso. Antes, tuvo muchas dificultades de conectar con la pelota.
Se desconoce el tiempo de baja del punta madrileño. Mientras tanto, esta sociedad nacida en Burgos es un buen punto de partida para que lleguen los goles y a ella pueden llegar aliados, como el propio Sol o Álex Gallar. Todos serán necesarios, porque el Málaga, llamado a pelear arriba, se va a encontrar muchos partidos como el de Burgos y tendrá que hilar fino.