Rodeado de toda la plantilla y de todos los empleados del club que trabajan en La Rosaleda, de su familia y entre lágrimas. Así se ha despedido Pablo Guede, haciendo pasar un mal rato en la sala de prensa Juan Cortés. Estaba poniendo fin a uno de sus sueños, entrenar al Málaga CF. 

"En mi corta carrera, como entrenador tenía el sueño muy decano de entrenar a San Lorenzo y al Málaga, y lo cumplí. ¿Tú sabes lo que es para una persona cumplir sus sueños?", así respondía Guede cuando fue cuestionado si dejaba la puerta abierta del conjunto blanquiazul después de hacer un discurso en el que fue nombrando uno a uno a todos los empleados del Málaga, salvo a Josemi, del que se olvidó. Después, en el párking del estadio, en la última ronda de abrazos, le dio un abrazo al delegado del Málaga para romperlo. "¡Que me olvidé de ti! Pero tú sabes que no". 

De los jugadores dijo que son "unos chicos que están destinados al éxito" y que "valen oro". "Si vieran cómo entrenaron en Tenerife por la mañana sabiendo que el entrenador estaba tocado... Incluso los que no tuvieron ni un minuto en la temporada. Que no bajen los brazos, que esto es seguir y el fútbol no se queda con nada de nadie". 

Se fue acordando de todos, de La Cueva, donde pasó días hasta las once o las doce de la noche este verano, del 'Pelado', Manolo Gaspar, de la gente las oficinas que le han facilitado su estancia en Málaga, que es donde se quedará a vivir, "a los chicos y chicas de seguridad que todos los días a las seis menos cuarto de la mañana me abrían las puertas", al cuerpo técnico, que "fueron mis fieles escuderos. Teníamos un sueño. Son los que realmente me aguantaron. Estuvieron siempre al lado. Capi (Bravo), Antonio (Tapia), es un privilegio que hayas aceptado". 

Así hasta llegar al doctor Juan Carlos Pérez Frías, que fue cuando Pablo Guede se derrumbó y tuvo que parar: "El doqui. ¿Dónde estás, doqui? Sé que te ibas a retirar, y te quedaste. Agradecértelo de corazón. Y sé que te quedaste porque nos quedábamos nosotros", le dijo entre lágrimas. De los ojos de Manolo Gaspar también se escapaban algunas. 

La sala de prensa de La Rosaleda en la despedida de Pablo Guede Málaga C.F.

Comentaban los más veteranos de la sala de prensa que no recordaban una despedida así de un entrenador del Málaga, tan arropado.

Se detuvo Guede también en Adrián López, presente con muletas en la sala de prensa. "Me llevo de ti una humildad..., tu trabajo. Te lo dije delante de todos. Te mereces retirarte con el gol del ascenso de este equipo". 

"No me voy triste, no me voy dolido, no me voy nada, porque sé que esto es fútbol. Y que la pelotita entra, no entra. Da lo mismo, me voy con todo el cariño y más de esta gente", apuntaba el argentino.

A la prensa: "Me trataron con el mayor de los respetos que uno puede sentir. Hacen su trabajo y lo entiendo, pero el cariño cuando bajaba a la rueda de prensa está ahí y no va a cambiar". 

"Como persona me voy orgulloso, porque cumplí el sueño de mi vida, que era volver a estar acá con la cancha llena. Y lo logré. Soy un privilegiado de haber entrado otra vez a este templo y que la gente coree tu nombre".

Sobre su despedida, el argentino dijo que "nos miramos a la cara y decidimos en conjunto. Desde el primer día que llegué acá dije que entre nosotros no iban a encontrar nunca una rendija y no la hubo. El club está por encima de todos nosotros. Hay una realidad, ganamos un partido. Creímos que era lo mejor para el club y así lo hicimos". 

¿El mejor momento en esta segunda etapa? "Me quedo con todo. Haberme ido con mi hijo con 1 año y abrazarme con él con 26 dentro de La Rosaleda. Con el trabajo con el Pelado de horas, horas¡ y horas. Con todo, con el "¡Guede, vete ya!", porque eso es fútbol".

Y así fue como Pablo Guede puso fin a su segunda etapa en el Málaga, despidiéndose "como realmente me tengo que despedir. No va a cambiar el cariño que tengo por estos colores, por esta ciudad". "Lo de hoy es despedida, no un hasta luego, porque no sé qué voy a hacer con mi vida, sí que me quedo aquí a vivir, este es mi lugar en el mundo. Es una despedida porque no sé qué rumbo voy a tomar. Ya saben por qué me tuve que ir de Málaga en su día, pero ahora toca otra cosa. El sábado estoy en la cancha con mis cinco abonos y mi familia".

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