Si en algo había unanimidad, o al menos algo no se cuestionaba hasta el partido contra el Burgos del pasado sábado, era la figura de Pepe Mel. Ni el entorno, ni la afición, ni siquiera el propio club, ponía en duda que el entrenador madrileño sería quien reflotara la nave. De hecho, Mel ha tenido mando en plaza para la llegada de los fichajes de invierno. Se han cumplido sus tres peticiones. Pero de un día para otro, su continuidad está en entredicho.
La de la posible destitución de Pepe Mel es una información que sale de las entrañas del club, que incluso ha deslizado que baraja ya nombres de posibles sustitutos del madrileño. Y de esta forma, se desvía el foco hacia el entrenador, o al menos se intenta, cuando la afición, el malaguismo tiene muy claro desde hace tiempo donde apuntar como causantes de los males del equipo.
El principio se puede situar en el partido contra el Burgos... pero de la temporada pasada. Al final del partido, la afición estalló contra Manolo Gaspar. Pero el paleño siguió al frente de la dirección deportiva y configuró una plantilla ilusionante. A la cuarta jornada, tras la derrota contra el Albacete, en La Rosaleda sonaba de nuevo el '¡Manolo, vete ya!'.
Y el malaguismo, especialmente el que acude al estadio, no ha desviado el foco de la dirección deportiva, responsable de la continuidad de Pablo Guede tras una salvación sonrojante, y de la configuración de una plantilla desequilibrada, con jugadores que llegan de largas ausencias o con un historial de lesiones y de falta de continuidad que está saliendo relucir.
A los cánticos, se unieron las pintadas en las paredes del Anexo de La Rosaleda contra muchos de los cargos del club. Demasiados nombres metidos en el mismo saco en este saco. Pero desde entonces también está en el punto de mira el administrador judicial, José María Muñoz, que cumplirá tres años en el cargo dentro de poco.
Muñoz abandonó el papel 'técnico' que se le asocia a un cargo de sus características para asemejar más su labor a la de un presidente. En cualquier caso, es el responsable último de las decisiones que se toman en la entidad. Entre ellas, la continuidad en el cargo de Manolo Gaspar como director deportivo, o, de momento, la ausencia de la figura de un director general, un papel que asume de facto Muñoz.
Todo apunta a que no habrá cambios antes del domingo, pero si el Málaga no gana en Gijón, Pepe Mel caerá por su propio peso. Aunque en los ecos que resuenan del pasado sábado están otros nombres.