El día que empezó a torcerse todo, o quizás fue antes, en Burgos en la primera jornada de Liga, la producción ofensiva del Málaga CF se redujo a una jugada trenzada entre Aleix Febas y Rubén Castro que desbarató que el más tarde se convertiría en 'hombre-récord', José Antonio Caro. Con la punta de los dedos desvió el disparo cruzado del delantero canario. La imagen del equipo malaguista aquel día fue como la de casi toda la temporada, lamentable, pero en esa conexión entre Febas y 'RC24' había un hilo del que tirar. Pero del que no se ha sabido tirar en toda la temporada.
Con el tanto que Rubén Castro anotó el pasado viernes en Villarreal contra el filial amarillo, el que puso el 0-2 en el marcador, el canario ya suma nueve dianas de blanquiazul. Algunas menos de las que se esperaban del máximo goleador de la historia de Segunda División, récord que ostenta desde el partido de La Cerámica. En ninguno de los ocho anteriores, se repitió la conexión entre el '10' y Castro.
Ni Pablo Guede, ni Pepe Mel, ni Sergio Pellicer han sido capaces de generar un contexto favorable durante toda la temporada para que fluya la conexión entre ambos futbolistas, sobre el papel, dos de los jugadores del Málaga con el colmillo más afilado.
De hecho, la asistencia del viernes, fue la primera de gol de toda la temporada de Aleix Febas, el jugador con más minutos con la camiseta blanquiazul esta temporada. El segundo, Rubén Castro.
El delantero canario ha recibido asistencias de otros media puntas como Gallar o Villalba, pero no ha terminado de entenderse con Febas, cuya producción ofensiva convertida en goles se reduce a la asistencia a Rubén Castro en el estadio de La Cerámica. Tampoco ha encontrado portería. En la media temporada que jugó el curso anterior en el Málaga, anotó dos goles.
El malaguismo espera como agua de mayo, pero que sea en abril, señales de vida de su equipo para seguir creyendo en el milagro de la salvación. La conexión Febas-Castro puede ser una de ellas. Habrá que ver si ha llegado a tiempo.