En el partido que quizás haya dado al traste con todas las esperanzas de los malaguistas de que el Málaga CF logre la salvación en Segunda División, contra el Andorra, el conjunto blanquiazul efectuó un total de cero disparos a puerta durante noventa minutos. Lo mismo ocurrió en la primera parte contra el Leganés en La Rosaleda, donde en la segunda mitad el equipo se enmedó y se llevó los tres puntos después de una buena puesta en escena. Toda esa sequía coincide con la disposición en el campo de tres centrales, el sistema que le había dado algo de brío al equipo contra Las Palmas y el Levante, dos rivales de la zona alta, pero que no le alcanza para crear peligro real en la portería contraria.
El sistema de tres centrales y dos carrileros solo ha tenido buen rendimiento de cara a portería en el partido contra Las Palmas, donde los blanquiazules empataron a dos. En los otros tres partidos, con esa disposición en el campo, el botín ha sido de cero goles y muy pocas ocasiones.
Contra el Leganés, Pellicer tuvo que cambiar el dibujo en el descanso para pasar a jugar con una línea de cuatro atrás y otros cuatro en el medio, porque tras los primeros 45 minutos, Riesgo, el portero pepinero, se había ido con los guantes impolutos a la caseta.
En la jornada anterior, contra el Levante en La Rosaleda en el choque que acabó con empate a cero, el Málaga no pudo materializar la igualdad sobre el verde en peligro, en un partido que acabó con un gol anulado a Rubén Castro pero en el que exigió poco a Dani Cárdenas. El Málaga acabó con un solo tiro a puerta.
Y en Andorra, en un partido donde puede que el Málaga, por las sensaciones, recibiera la puntilla a la temporada, la historia se repitió. Cero disparos a puerta en noventa minutos, además de una posesión del 28 por ciento.
Pellicer tiene que seguir perfilando su fórmula para que su Málaga sea un equipo más afilado de cara a portería.