Estaba todo de cara, hasta el VAR, que cuando ya nadie los esperaba llamó a López Toca para que consultara la pantalla. A falta de diez minutos, penalti a favor del Málaga CF y el hombre de los récords, Rubén Castro, delante de la pelota. Lo que siguió, un giro en el guion de la crueldad de lo que está siendo esta temporada para el Málaga. Paradón de Andrés Fernández ante un disparo fuerte pero mal de colocación de 'RC24', dos puntos (0-0) que se esfumaban de La Rosaleda, que lució como nunca, y quizás fin al intento de milagro. Aunque todavía hay vida.
No fue capaz el Málaga, ni con un sistema ni con otro, de poder contra el muro que levantó el rey del empate de la categoría -dieciocho con el de esta tarde- y se complica muchísimo la vida para continuar un año más en Segunda División. Porque con estos tres puntos se contaban.
La afición dio todo lo que pudo y más. Y también los de Pellicer, a los que le faltaron ideas durante muchos tramos del partido. Un Febas parado dentro del área, pensando que estaba en fuera de juego tras un pase filtrado de Lago Junior, viene a ser un reflejo más de lo que está siendo esta temporada en Martiricos. El Málaga no se termina de encontrar, ni con el agua por encima del cuello ya.
Sergio Pellicer no tuvo dudas a la hora de rearmar el equipo por la baja de Ramón y repitió la apuesta de Lugo. Jozabed ocupó el pivote y el resto todo siguió igual. No quería intervenir mucho el entrenador del Málaga con algo que le está funcionando al equipo por primera vez en la temporada.
Tronaron, casi como nunca en La Rosaleda, las tres últimas sílabas del himno a modo de grito de guerra, las que engloban todo el sentimiento que se vivía en las gradas y antes se había vivido en los alrededores del estadio: "¡Má-la-ga!". Después, la pelota echó a rodar. Fue el conjunto blanquiazul el que la quiso, el que lo intentó sin parar, pero sin éxito. El Huesca, y Ziganda, sabían perfectamente lo que esperaba en La Rosaleda y parapetaron dos líneas muy juntas delante del área malaguista que impidieron durante los primerso 45 minutos tener alguna ocasión clara.
Jozabed no entraba mucho en juego. Rubén Castro tenía que meterse entre líneas para recibir la pelota y descargar el juego. Cristian lo intenó con varios centros, pero la defensa visitante siempre estaba bien colocada. Apenas Villalba rompía algunas veces líneas con la pelota en los pies pero todo moría al borde del área, con Pulido, capitán oscense, a los mandos. Chavarría incurría en fuera de juego constantemente.
Era un Málaga de quiero y no puedo, que además desperdició varias jugadas a balón parado prometedoras sacándolas en corto sin saber interpretar la pizarra. Solo Delmás, después de varias pifias de sus compañeros, puso una con peligro.
Yáñez fue un espectador durante la primera mitad, porque el Huesca tuvo varias opciones de salir a la contra, pero lo hizo con pocos efectivos. Eso sí, Obeng era una amenaza pululando entre los centrales blanquiazules, que no tuvieron que sacar mucha agua. Cuando los visitantes tuvieron la pelota, que fue en un par de ocasiones, intentaron acunarla con parsimonia y sin profundidad, anestasiando el ardor del Málaga, que a pesar de bajársele la persiana en las zonas prohibidas, no paró de intentarlo.
Cuando López Toca señaló el camino de los vestuarios, Pellicer sabía que tenía que tocar alguna tecla para romper el muro que le había levantado Ziganda. Tenía efectivos en el banquillo. Y la tocó, metiendo a Luis Muñoz, que a los pocos minutos lo primero que hizo en el partido fue ver su quinta tarjeta que le impedirá estar en Ponferrada. No está siendo su año. Como siguió demostrando durante toda la segunda mitad.
Antes, Cristian había encontrado por primera vez la profundidad para ponerle una pelota muy peligrosa a Rubén Castro. Pero el Huesca se había dejado los complejos en la caseta. Y en el 57' tuvo la primera ocasión del partido, que heló los corazones de La Rosaleda. Ratiu se plantó solo por la derecha delante de Yáñez y disparó al centro para que el portero del Málaga parara la pelota con los pies. Era un punto de inflexión.
Pellicer no tardó en tirar de Lago Junior para sacar a Esteban Burgos y pasar a jugar con una línea de cuatro atrás. El marfileño no fue protagonista hasta el final del partido. Estuvo perdido.
En el 60' la tuvo Chavarría. Un centro de Cristian lo sacó como pudo Andrés Fernández y la pelota cayó en los pies del argentino. Pero el remate lo estrelló en Rubén Castro. Iba fuera, pero la ocasión espoleó a la grada.
Aunque el Huesca había encontrado el camino, y cada que vez lo intentaba encontraba los pasillos para llegar a los dominios de Yáñez.
López Toca encendió los ánimos de la grada con varias tarjetas y con el público caliente, Álex Calvo se tiró al suelo para cortar una contra después de un córner, se quedó con la pelota y se metió en el área provocando otro córner. Lo intentaba con toda la fe el Málaga, a ráfagas, sin mantener la calma para encontrar los huecos.
Pero el guion de la temporada todavía le tiene guardadas gotas de crueldad a este Málaga. Sobre el minuto 75, Alberto Escassi fue derribado en el área cuando iba a rematar. Lo trastabillaron por detrás. Con el paleño tirado en el suelo la jugada continuó, el Málaga mandño dos balones más al área y Escassi regresaba a su campo protestando con la pelota en juego. Cuando todo parecía olvidado, López Toca paró el partido y se fue a la pantalla ante la incredulidad de todos. Una toma necesitó para decretar penalti. Faltaban diez minutos. Cogió la pelota Rubén Castro, le pegó fuerte a media altura a la derecha de Andrés, que con un paradón sumió en la depresión a todo el malaguismo.
Un jarro de agua fría para La Rosaleda, que en una acción-reacción siguió espoleando a los suyos mientras se preguntaba quién había escrito este guion.
Lo que siguió fue un Málaga solo con corazón, sin piernas y sin ideas, que intentó a la desesperada encontrar el camino del gol que lo mantuviera más vivo que nunca. Lo sigue estando, a seis puntos de la permanencia, pero con una bala de plata desperdiciada y con un calendario que ahora se le complica.
Ahora, más que nunca, habrá que creer en lo que La Rosaleda ha convertido en grito de guerra: "¡Sí se puede!".
Ficha técnica:
0 - Málaga CF: Rubén Yáñez; Delmás, Esteban Burgos (Lago Junior, min.58), Juande, Escassi, Cristian (Appiah, min.88); Chavarría (Álex Calvo, min.64), Jozabed (Luis Muñoz, min.46), Febas; Fran Villalba, Rubén Castro (Fran Sol, min.88).
0 - SD Huesca: Andrés Fernández; Andrei Ratiu, Jorge Pulido, Rubén Pulido, Florián Miguel, Marc Mateus (Vilarrasa, min.74); Timor, Sielva (Tomeo, min.58); Javi Martínez (Lombardo, min.58), Obeng (Kante, min.74), Juan Carlos (Nieto, min.86).
Árbitro: José Antonio López Toca (Comité Cántabro). Amonestó a los locales Luis Muñoz (min.49), Febas (min.63) y Cristian (min.67), y a los visitantes Juan Carlos (min.38) y Timor (min.47). Mostró amarilla al técnico del Málaga, Sergio Pellicer (min.72), y roja a dos integrantes del cuerpo técnico del Huesca.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima octava jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio La Rosaleda ante 27.202 espectadores.