Con el peor de los finales ha terminado el Málaga CF su periplo por el fútbol de elite. Cientos de aficionados malaguistas, los más radicales, han protagonizado este sábado disturbios en los alrededores del estadio La Rosaleda tras el partido de su equipo ante el Ibiza en protesta por el descenso a la Primera RFEF después de 25 años en el fútbol profesional, lo que ha motivado la actuación de la Policía.



No se han producido heridos ni se han practicado detenciones, según han informado a EFE fuentes policiales.



Efectivos antidisturbios de la Policía Nacional se han desplegado por las inmediaciones del Estadio La Rosaleda tras el encuentro, los seguidores que protestaban coreaban consignas como "futbolistas mercenarios" y han volcado contenedores de basura en las calles próximas al estadio, uno de los cuales ha sido quemado.



Unos 3.000 aficionados han permanecido en las gradas del estadio tras la finalización del partido, sobre todo en la denominada "grada de animación" donde se ubican integrantes de peñas malaguistas, que reclamaban que los jugadores volvieran al campo.



Tras casi una hora y sin que aparecieran los futbolistas, los seguidores abandonaron las instalaciones, pero muchos se desplazaron a la zona de aparcamientos por donde tenían que salir los jugadores fuera del recinto, profirieron gritos de protesta contra dirigentes del club y los agentes han tenido que dispersar a los concentrados.



El Málaga CF desciende a la tercera categoría del fútbol español diez años después de tocar el cielo en cuartos de final de la Liga de Campeones.

El Málaga y el Ibiza protagonizaron este sábado el partido de los descendidos, que acabó con empate a un gol.

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