El último 1 de julio que el Málaga CF estuvo fuera del fútbol profesional fue el de 1997. Ahí arrancó un proyecto que acabaría con un ascenso milagroso contra el Terrasa en La Rosaleda casi un año después. Era la Segunda B de cuatro grupos con una liguilla de ascenso interminable. Medio estadio tenía asientos de hormigón. Hace 26 años de aquello y el Málaga vuelve este sábado a la casilla de salida. Es 1 de julio de 2023 y arranca de manera oficial la temporada 2023-2024.
El Málaga CF está en el Kilómetro 0 de su nueva andadura después del fracaso que ha supuesto el descenso a Primera RFEF con una plantilla construida pensando en el ascenso. Y desde cero es como tiene que empezar este proyecto que tiene que levantar el ánimo y la moral de un malaguismo que este periodo ha viajado por Europa plantándole cara a algunos gallitos del continente, dejando en la lona a más de uno.
Con el adiós a un total de dieciocho jugadores se ponía este viernes punto final y una etapa de sufrimiento que se ha prolongado varios años, agudizada desde el descenso a Segunda División en 2018, siempre al borde del precipicio por la desidia y dejación de funciones de Al-Thani, propietario del club al que una jueza apartó de la presidencia, y por las malas decisiones deportivas tomadas por las personas que ha regido en el Málaga estos últimos años, el administrador judicial, José María Muñoz, y el exdirector deportivo Manolo Gaspar. Así como la incapacidad de todos los entrenadores para sacarle el máximo rendimiento, especialmente en las dos últimas temporadas, a la plantilla.
Pero a este Kilómetro 0 el Málaga CF ya llega con un camino andado que arrancó con el nombramiento de Kike Pérez como director general del club cuando el equipo ya estaba abocado al descenso. Paralelamente al día a día, Pérez fue trabajando en lo que venía y la primera decisión fue decidir la continuidad de Sergio Pellicer en el banquillo. Y con esa premisa contrató a un nuevo director deportivo, vacante desde el mes de febrero. Llegó Loren con la intención de construir a la vez un modelo de club y un equipo que aspire a lo máximo, aunque ascenso sea una palabra prohibida en La Rosaleda.
El Málaga ya conoce los rivales, el grupo en el que estará encuadrado y las fechas de esta competición de casi nueva creación y en la que nunca ha jugado, puesto que solo tiene dos años de antigüedad.
Entre esos rivales habrá ocho andaluces, y uno de ellos malagueño, el Antequera. De San Siro al Maulí. Puede sonar muy duro para algunos malaguistas, pero es la realidad, por el desastre que ha ido siendo el Málaga y por méritos de un Antequera que ha bordado la última temporada en Segunda RFEF. Los de El Torcal tocando el cielo, el Málaga el infierno.
En cuanto a la plantilla, además de Pellicer, que verá reducido el número de colaboradores con los que cuenta debido al ERE en el que está inmerso la entidad después del descenso para reajustar la estructura del club, el Málaga tiene ahora mismo en la plantilla nueve jugadores con ficha del primer equipo. Uno de ellos Manolo Reina, con el que no se cuenta. El resto, los tres que continúan con contrato, Ramón, Juande y Genaro, y los cinco fichajes llegados hasta el momento, Dioni, Juanpe, Alfonso Herrero, Gabilondo y Galilea.
La nómina de canteranos que pueden tener ficha del primer equipo es amplia: Carlos López, que será segundo portero, Andrés Caro, Moussa, Cristian, Víctor Olmo, Dani Lorenzo, Larrubia, Roberto, Loren Zúñiga, Kevin, Haitam, Álex Calvo o Bilal. Se prevé que la mayoría de ellos tengan ficha profesional, especialmente los que regresan de cesión, casi todos con experiencia en Primera RFEF.
A esto habrá que sumarle los fichajes que quedan por llegar. Kike Pérez los cifró en catorce, Loren ha dicho que quizás alguno menos. De cinco a catorce van nueve, así que todavía quedan unos cuantos por aterrizar en la capital de la Costa del Sol.
Lo que no tiene el Málaga todavía son abonados, puesto que la campaña se ha pospuesto hasta la segunda semana de julio al menos, por lo que se desconoce el respaldo social que tendrá el equipo por parte de una afición que estuvo muy por encima de lo que se vio en el verde la última temporada, pero que acabó muy quemada. El retraso en lanzar la campaña de abonos ha podido además enfriar los ánimos de muchos aficionados. El club tiene que ser capaz de convencer a la masa social malaguista de la importancia de los partidos de La Rosaleda para el retorno al fútbol profesional.
Esos aficionados tampoco saben todavía cómo podrán ver al Málaga por televisión. La RFEF ha ido pegando parches en estas dos primeras temporadas con soluciones de plataformas on-line que no han convencido a los usuarios. De momento, según La Gaceta de Salamanca, Mediaset parece interesada en la categoría para ofrecerla a través de su plataforma MiTele.
Como tampoco saben los aficionados cómo será la nueva camiseta del Málaga, que puede convertirse en objeto de culto por la categoría en la que está el equipo. Como lo son ahora aquellas de la marca Rasán o Kelme de cuando el Málaga jugaba por los campos de Segunda B.
A esto hay que añadirle la incertidumbre judicial que se prolongará al menos un año, con la instrucción ahora mismo paralizada por una querella aceptada contra la jueza del caso Al-Thani, María de los Ángeles Ruiz González. Esto, con tres años ya de proceso que, entre otras cosas, han dado con los huesos del Málaga fuera del fútbol profesional.
Desde hoy está marcha una nueva era en el Málaga CF, después de desandar 26 años.