El partido del próximo sábado en el estadio de La Rosaleda entre el Málaga CF y el Real Madrid Castilla no será uno más para Alfonso Herrero, el guardameta del conjunto blanquiazul. El toledano se formó prácticamente desde que empezó a jugar al fútbol en las categorías inferiores del equipo blanco, por lo tanto, conoce muy bien la camiseta que tendrá enfrente.
Herrero firmó este verano por el Málaga CF procedente del CD Mirandés bajando un escalón, pasando de Segunda División a Primera RFEF, donde militan esta temporada los blanquiazules. Ya se había consolidado en la categoría de plata como portero primero del Burgos y después en Anduva. Pero prefirió La Rosaleda, haciendo además una apuesta fuerte firmando por tres temporadas, hasta el verano de 2026.
El guardameta lleva el ADN de la cantera del Real Madrid, desde donde no paran de salir porteros para jugar en equipos de Primera División. En La Rosaleda, sin ir más lejos, Koke Contreras ha sido uno de los porteros más consolidados bajo los tres palos en la historia reciente del Málaga CF. El último ejemplo de un portero procedente de La Fábrica es el de Rubén Yáñez el curso pasado, que curiosamente jugó su mejor temporada de su etapa profesional. Herrero coindició con el hoy portero del Sporting de Gijón en la temporada 20214-2015 en el filial blanco, bajo la tutela de Zidane.
Desde 2003, en benjamines, hasta 2016, Herrero defendió la portería del Real Madrid en todas las categorías, excepto la del primer equipo, donde no pudo terminar de escalar. Su último entrenador en el Madrid fue Ramis, que sustituyó a Zidane cuando el francés ascendió al primer equipo.
En una entrevista en 101TV, el portero hablaba de la presión y la dificultad de mantenerse tantos años en el Real Madrid, ya que cada año llegaba la mejor competencia posible.
De Valdebebas se fue a Oviedo, donde jugó tres temporadas en Segunda División tras un año en el filial carbayón. Fue perdiendo protagonismo y recaló en el Marbella en Segunda B. El ambicioso proyecto de llevar al equipo blanquillo a Segunda División acabó con un descenso a Tercera por la remodelación de la Segunda B en plena pandemia. De ahí pasó primero a Burgos y más tarde a Miranda de Ebro antes de llegar al Málaga, donde hace otra apuesta arriesgada como en Marbella.
Está hecho de una pasta que en Martiricos ha funcionado, la de los porteros de La Fábrica. El del sábado no será un partido más para él.