Manu Molina ha cogido las riendas del Málaga CF. Además de ser un especialista como pocos a balón parado y de sus botas ya han salido varios goles blanquiazules en la estrategia, es el que marca el tempo del juego de los de Sergio Pellicer. Ha formado buena dupla con Genaro en el doble pivote, con el de Gerena destruyendo y él construyendo. El '12' se ha convertido ahora mismo en un fijo del esquema de Pellicer, que no para de experimentar, y ahora mismo parece complicado moverlo de su sitio.
El onubense llegó el último día del mercado cuando lo que se esperaba era un extremo o un delantero. Pero desde las oficinas de Martiricos sorprendieron con ese movimiento a última hora. Era un jugador de categoría superior, en las dos últimas temporadas había vestido las camisetas de Ibiza y Zaragoza en Segunda División pero a finales de agosto estaba sin equipo. Ahí apareció el Málaga.
Llegar tan tarde le costó tener un ritmo inferior al de sus compañeros. Alguna lesión también lo ha tenido fuera algunos partidos. Pero contra el Recreativo de Huelva, su Recre, sumó la quinta titularidad consecutiva (Castellón, Recreativo Granada, Atlético Baleares, Melilla y el Decano), y encadenó por primera vez dos veces seguidas los 90 minutos de partido. Antes, solo había jugado un partido completo en la exhibición del Málaga en la Nueva Condomina contra el Real Murcia.
Molina tiene un guante en la bota derecha a la hora de ejecutar las jugadas a balón parado. De ahí nació el segundo gol malaguista, materializado por Einar Galilea rematando un córner, y pudo salir alguno más porque puso varios saques de esquina muy peligrosos.
Pero además, cuando está en el campo, Molina es el que marca el ritmo al que juega el Málaga, es el vértice de la base del ataque cuando el Málaga está volcado en el área contraria, y desde ahí opera de un lado a otro según vea la jugada.
Pero también es la base cuando los de Pellicer tratan de sacar el balón desde atrás, es el primero que se acerca a los centrales para recibir la pelota y distribuirla con criterio, casi siempre con verticalidad.
Contra el Recreativo de Huelva protagonizó noventa minutos notables y parece que tiene el depósito lleno para aguantar los partidos completos, hay fases del juego en las que está omnipresente, apareciendo en la creación y luego cerca del ataque, siempre pidiendo la pelota y siempre ofreciendo una solución.
Manu Molina, llamado a ser el motor del Málaga, empieza a carburar.