Otro bajonazo en La Rosaleda. Y van... El Málaga CF no ha pasado del empate a uno contra el Mérida AD en su estadio tras otro ejercicio de impotencia que muestra la incapacidad de los blanquiazules de ganar un partido, tras otra primera parte para la historia negra de esta temporada y un arreón en la segunda que no le sirvió más que para empatar, gracias al tanto de Dioni, y para dejar más dudas de las que había sobre la capacidad de este equipo de afrontar el reto del ascenso.
No se pudo con un Mérida que marcaba la frontera con el descenso, que se adelantó pronto y que en la segunda mitad aplicó el conocido como 'otro fútbol', que no es otra cosa que impedir que se juegue. Lo llegó a tener contra las cuerdas en algunos momentos, pero sólo eso.
Las bajas obligaban a Sergio Pellicer a introducir cambios en el once. Puga, Ramón, Dioni y Ferreiro fueron las novedades. Juande se mantuvo en el centro de la zaga. En el caso de Ramón, estrenaba titularidad más un año después. Pero no levanta cabeza.
A La Rosaleda acudieron 16.209 malaguistas que hicieron de tripas corazón con el cambio horario o bien les daba igual. Y la mañana sólo podía empezar de una manera. Con Nelson y Juande mostrándole la autopista que tenían por detrás a Álvaro Juan, que mandó una pelota a la espalda de los centrales donde corría Busi. Con calma, con la zurda en el mano la clavó a la izquierda de Alfonso Herrero. Iban siete minutos de partido y el Málaga había salido a verlas venir, andando. Con lo que traía detrás. Gritos contra el administrador y ánimo al equipo, que reaccionó con una llegada peligrosa. Pero ahí se quedó. Lo que vino después fue un ejercicio de impotencia de un grupo de hombres inmersos en una dinámica muy negativa.
A los 20 minutos se pudo cambiar el guión. Sin saber muy bien cómo, Dioni se quedó sóli delante de Juanpa, escorado a la derecha. Le metió el interior con la zurda y la pelota se le fue rozando el poste. Acto seguido miró al juez de línea por si era fuera de juego. Pero no lo era. Al limbo.
Peor fue lo que ocurrió antes del saque de puerto. Ramón se quedó pensativo en el campo, rodeado de compañeros. No se termina su calvario. Terrible lo suyo. Entró Larrubia, que a la primera filtró un pase para Nelson que se encontraba en el área y el pase atrás lo remató muy flojo Kevin.
De ahí hasta el descanso, un tiro de Larrubia desde el borde del área tras una buena combinación por la derecha. Antes, un equipo sin ninguna idea, sin nada que pueda mostrar que es aspirante al ascenso a Segunda División. Un drama y una pitada al equipo camino de los vestuarios. La primera del curso.
Un arreón a medias
Kevin se quedó en la caseta y dejó su sitio a Antoñito Cordero. La primera jugada de la segunda parte fue la ocasión más clara del partido para el Málaga. Ferreiro remató pegado al poste y Juanpa la envió a córner. La segunda, un paradón de Alfonso Herrero a Álvaro Juan. Luego la tuvo Larrubia. Había ritmo y apretaba el sol en estos primeros compases.
Era otro Málaga con más energía. Larrubia volvió a tener otro disparo que se hizo veneno y Juanpa sacó como pudo. Ferreiro había cogido los mandos de la nave desde la derecha. El Málaga ya había metido al Mérida dentro de su área, con alguna salida peligrosa a la contra.
Y con esas, Nelson, en posición de mediocentro trianguló con Ferreiro y Larrubia hasta dársela al gallego por la derecha. Puso el pase de la muerta y Dioni, un siglo después, la empujó. 1-1 y media por delante. El Mérida ya llevaba tiempo intentando para el partido y siguió a lo suyo. Los de Pellicer continuaron con las embestidas sin acierto.
Una bronca de Genaro y los cambios del Mérida enfriaron el partido y pararon el ritmo. Y las piernas, que ya pesaban. Tenía el Málaga que saber gestionar ese momento. En el banquillo había pocos recursos para meterle chispa al equipo. Se fue diluyendo el conjunto blanquiazul y el reloj andaba rápido. Pellicer apostaba por Juanpe y Gabilondo en lugar de Puga y Genaro. Pero sólo había cinco minutos por delante.
Pero no paso nada. El partidoa acabó con un carrusel de córners bien puestos por Cordero pero que nadie fue capaz de rematar. Porque este Málaga, el del mes de mayo, no le gana a nadie.