Estaba todo preparado para la fiesta el día del debut el Málaga CF en el estadio de La Rosaleda en su regreso a Segunda División. Una afición volcada con los suyos frente a un rival en construcción y tras la buena imagen el estreno en la categoría en el campo del Racing de Ferrol. Pere como casi en todas las fiestas, la del Mirandés esta tuvo resaca difícil de digerir por el resultado, algunos errores y el parte de bajas del equipo, especialmente dolorosa la de Julen Lobete, una lesión ya conocida en Martiricos. 

El partido el sábado deja al Málaga con dos puntos en la clasificación, con dos partidos encajando goles de forma similar y además reabre la posibilidad de tener que acudir al mercado de fichajes, que ya había dado Kike Pérez, director general del club blanquiazul, por cerrado. 

Un punto agridulce

Más de 26.000 personas llenaron las gradas de La Rosaleda acudieron a La Rosaleda dejando la sensación del primer lleno de la temporada para reencontrarse con su equipo tras el ascenso en Tarragona con la intención de celebrar la victoria de la temporada. El Mirandés llegaba con sólo quince profesionales en su plantilla, los tres últimos incorporados esta semana, una plantilla prácticamente renovada. Sobre el papel, no es el mejor rival que pasará por Martiricos esta temporada. 

Pero lo que se vio fue a un Málaga muy espeso en ataque, que apenas inquietó a un Raúl Fernández que finalizó con sólo una parada en todo el partido y en la última acción del mismo. El único disparo entre los tres palos además del gol de Dioni frente a un rival parapetado delante de su área al que sólo le pudo encontrar algunas grietas Aarón Ochoa cuando asumió galones tras el descanso. 

Además, el gol visitante llegó de la misma manera que los dos tantos en A Malata, con una mala defensa de un centro al área que le pudo incluso costar más caro al Málaga. Pachinelli, una isla en ataque, trajo de cabeza a los centrales blanquiazules durante el tiempo que estuvo en el césped. Anotó el primero y a punto estuvo de conseguir el segundo antes del descanso que hubiese sido una losa muy complicada de apartar de encima. 

Lobete, varios meses de baja

Tras el empate, con diez minutos por delante más el descuento para intentar cerrar la remontada, algo hizo crack. Fue el dedo gordo del pie izquierdo, el primer metatarsiano en lenguaje médico, de Julen Lobete, la principal apuesta del Málaga este mercado para reforzar las bandas en este mercado invernal. El jarro de agua fría fue todavía mayor este domingo cuando el club hizo público el parte médico del futbolista. 

"Las pruebas diagnósticas confirman que Lobete sufre una fractura en el hueso sesamoideo del pie izquierdo. El jugador evita la intervención quirúrgica y el próximo lunes comenzará el tratamiento de recuperación". Traducido, la misma lesión que sufrió Julio Baptista tras aquel memorable gol de chilena contra el Getafe en La Rosaleda y que de ahí al final de su estancia en Málaga mermó su rendimiento de manera considerable. Serán al menos tres meses de baja para el extremo vasco, un recurso de los más polivalentes de la plantilla, un fichaje que aportaba experiencia en la categoría. 

Eso tiene dos consecuencias. Por un lado, se abre la posibilidad de que el Málaga salga al mercado de forma decidida para reforzar esa posición y se acelere en la marcha de Juan Hernández. También existe la posibilidad de que el extremo murciano sea tenido en cuenta para sumar un efectivo más en las bandas en el primer tramo de la temporada.

Por otro, como Lobete lo que hizo fue entrar sustituyendo a Kevin en la primera mitad por unas molestias en el abductor izquierdo, Sergio Pellicer ve reducida de forma considerable su baraja de jugadores de banda. Así las cosas, para recibir al Albacete el próximo sábado en La Rosaleda Antoñito Cordero gana muchos enteros para entrar en el once, ya que prácticamente es la única opción que baraja el entrenador malaguista con jugadores de banda. Porque Haitam, como se pudo ver en los minutos que disputó, todavía no está apto para la competición a pesar de volviese a tener minutos después de la segunda lesión de cruzado que sufrió la pasada temporada. 

Dos reveses cuando la temporada apenas ha echado a andar. El primero, el del rendimiento, hay mucho margen para mejorarlo y mucha confianza en la materia prima que hay en el club; el segundo, la baja de Lobete y por tanto la falta de efectivos en las bandas, tan sólo una semana, que es lo que queda antes de que cierre el mercado de fichajes. 

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