El reloj ya marcaba el minuto 97 en el luminoso del estadio Los Cármenes de Granada cuando el delantero israelí Weissman tomaba aire con rostro serio antes de iniciar su carrera hasta el punto de penalti. En sus botas tenía darle la primera victoria de la temporada como local al conjunto de La Alhambra. Pero bajo los palos esperaba Alfonso Herrero, el portero del Málaga CF que está dando todos los pasos para ser encumbrado en Martiricos. Weissman lanzó despacio abajo al centro y Herrero no se venció. Clavó la rodilla derecha en el césped y con el pie izquierdo sacó el balón. 2-2 y para La Rosaleda.
Tras una segunda parte llena de alternativas en el marcador, con el Granada adelantándose por dos veces y el Málaga dando réplica, le llegó la última bala del penalti a los locales por un agarrón claro de Nelson Monte a Miguel Rubio dentro del área. No había tiempo para más.
Pero el Málaga ha cambiado la dinámica de cuando todo puede salir mal sale peor y hoy por hoy la fortuna le sonríe a los blanquiazules. No hay quien pueda con él, más teniendo a Alfonso Herrero, que en Granada detuvo su segundo penalti de la temporada tras pararle uno a Fuster contra el Albacete cuando este se lo tiró al estilo panenka.