Resulta evidente la evolución que ha vivido el baloncesto en los últimos años con respecto a la puntuación en los partidos. Cada vez se anota más, la velocidad en el juego es mayor y se disputan más posesiones por partido, cada vez se tira más desde el triple… hasta ahí todo normal. Entonces, ¿por qué el Unicaja ha tenido en los primeros 20 partidos de esta temporada una anotación igual o inferior a 75 puntos? Y peor aún, ¿por qué es una cuestión a mejorar con urgencia?
Lo cierto es que el equipo cajista ha alcanzado ya la veintena de encuentros en esta campaña y las noticias no son nada positivas. El balance en Liga Endesa es de seis victorias y ocho derrotas para un club que debería aspirar a luchar por el sexto puesto como mínimo. Ahora la realidad es muy distinta. Lo es tanto que los malagueños han pasado a jugar a otra categoría europea como es la Basketball Champions League en la que el resultado de la primera fase ha sido de cuatro triunfos y dos cataclismos bochornosos.
Ha habido grandes momentos en ataque y otros en defensa. Ha habido encuentros con remontadas épicas y otras que no tuvieron su consumación final. Pero también ha habido otros en los que el Unicaja ha sufrido mucho en ataque y no consiguieron anotar más de 75 puntos ante Breogán (72), Manresa (74), Barça (73), Andorra (74), Dijon (68), Real Madrid (74), Joventut (72) y Lavrio Megabolt (58). Estos tres últimos consecutivos. Y todo ello cuando en la temporada 20/21 esto solo ocurrió en 9 de los 53 partidos disputados.
Resulta curioso que esto suceda un equipo que tiene en su plantilla a jugadores con gran volumen de tiro como Norris Cole, Darío Brizuela, Jaime Fernández o Axel Bouteille, o muy buenos lanzadores como Francis Alonso o Tim Abromaitis. Y es más, es extraño que esta cuestión se dé en un conjunto que ahora mismo es top 5 en porcentajes en tiros libres, tiros de 2, canastas anotadas y triples de media en Liga Endesa.
Sin embargo, hay una serie de datos que no invitan al optimismo por lo mostrado hasta el momento. El debate sobre la pintura en el Unicaja es crónico e inevitable y es uno de los puntos a señalar. Los de Fotis Katsikaris son el equipo que menos tiros libres ha intentado esta campaña (por la ineficiente búsqueda de la zona y la poca fuerza para ser determinante que se ejerce sobre ella, entre otras cosas) y es el número 12 en la clasificación de tiros de campo intentados y en los puntos a favor. Si se tira menos que los demás...
¿Por qué se lanza poco? Esta respuesta podría tener multitud de variantes. Una de ellas es el nivel de pérdidas que tiene el equipo. No es exactamente el plantel de jugadores que más pierde el balón, se coloca en un puesto medio-bajo en este índice, pero por cada pelota que dejas de jugar es una ocasión en la que ya no tienen oportunidad de anotar. Y si a eso le añadimos que es penúltimo en rebotes ofensivos es una de las confirmaciones por las que el Unicaja anota bien en porcentajes y poco en cantidad al disponer de menos posesiones.
Además, está el apunte de las asistencias. Hay partidos muy buenos con 20 pases que acaban en canasta y otros con 11 que hacen intuir poca fluidez en el juego y, quizás, excesivo dominio del balón. No solo eso, en estadística avanzada existe una métrica que estudia la relación entre las asistencias y las pérdidas. Si ese número se sitúa entre 0 y 1 significa que hay más pérdidas que asistencias. Mientras que cuanto más alejada esté esa cifra del 1 será mejor. Pues el índice del Unicaja este año es de 1.10, lo cual no inspira excesivas alegrías.
El equipo no vive su mejor temporada en los últimos 10 años en estas estadísticas que tienen incidencia directa en las posesiones de ataque: tercera peor en tiros libres intentados, quinta peor en tiros de campo intentados, cuarta peor en asistencias y tercera peor en pérdidas. No obstante, es una situación a solucionar con cierta urgencia. Si el ataque en ocho partidos no ha funcionado y la defensa no ha sido suficiente para detener a los rivales (salvo al Breogán), habrá encuentros que estén abocados a la derrota.
Queda un poco más de la mitad temporada y, aunque el futuro ahora mismo sea un poco negro, aún hay muchos objetivos por cumplir. No parece que haya mucho más fondo en el pozo cajista.