El Unicaja de Málaga comenzó la segunda ronda de la Liga de Campeones FIBA (BCL, por sus siglas en inglés) con un triunfo por 88-66 muy meritorio ante el AEK de Atenas, un equipo muy físico y competitivo al que tumbó en el tramo final del último cuarto gracias a una fiable defensa y los 22 puntos del base Kendrick Perry, además de la presencia en el rebote y bajo el aro de David Kravish, también con 22 tantos.



El estreno en el segundo escalón de la Liga de Campeones (BCL) no puedo ser mejor para el Unicaja, que desde el inicio demostró que sigue en forma y que es infranqueable cuando juega ante su afición, a pesar de que la veintena de aficionados griegos parecieran 50 por sus cánticos continuos.



Tres triples consecutivos de Melvin Ejim, Nihad Djedovic y David Kravish voltearon el buen despliegue del AEK, que se mantenía en pie con el acierto de Isaiah Miles, que se fue a los nueve puntos en el primer acto.



Tras un tiempo muerto entraron Alberto Díaz y Darío Brizuela y el Unicaja, sólido en defensa como acostumbra, abrió brecha con dos conexiones Díaz-Yankuba Sima de por medio (29-20), pero el AEK, en un ejercicio de consistencia, mejoró su manera de atacar, punteó triples al Unicaja y logró sacar tajada para poner el partido apretado (31-31) en el ecuador del segundo cuarto.



Un momento de bajón del que se supo levantar el equipo malagueño, que se subió a los hombros de un gran Kendrick Perry, que agitó el partido a través de su juego explosivo, con dos triples y un dos más uno que fueron fundamentales antes del descanso (44-39).



El listón de las faltas personales estaba siendo demasiado bajo y, entre protestas de Ibon Navarro y jugadores, la afición se mostró contraria a la actuación arbitral, que a veces frenaba el ritmo de partido. En cuanto se instauró la bronca, el AEK se agarró de nuevo al partido con un gran Akil Mitchell y el Unicaja lamentó tener en el tercer cuarto a su base, Kendrick Perry, con cuatro faltas.



En esa contienda física y con jugadas aisladas, a campo abierto y de posesiones cortas, el AEK logró ponerse por delante por primera vez en el partido (51-52, minuto 27), por lo que el técnico cajista movió banquillo y acudió a Alberto Díaz, Will Thomas y Yankuba Sima como columna vertebral defensiva.



El Unicaja, que en su cancha a veces funciona de manera visceral, necesitaba un golpe de autoestima para prender la mecha de su afición y con un contraataque que terminó en un mate de Sima se logró un golpe de autoridad al conjunto heleno, que terminó el tercer cuarto perdiendo por cinco puntos, pero con mucha vida todavía.



El apenas 60 por ciento de acierto en tiros libres del Unicaja tuvo daños colaterales y el AEK, que en el rebote tiene presencia y juega bien sus cartas en la pintura, le puso las cosas difíciles a los malagueños; sin embargo, con rabia y acierto, Darío Brizuela convirtió un triple que colocó el 66-58 a falta de 6:26 para el final.



Ese fue el punto de inflexión, porque de aquel golpe ya no se levantó el AEK, que se dejó ir ante la inmensa confianza del Unicaja, que se llevó el triunfo para reafirmar su gran estado de forma también en Europa.



Ficha técnica:



88 - Unicaja: (29+15+15+29): Perry (22), Kalinoski (4), Djedovic (9), Ejim (4), Kravish (22) -quinteto inicial- Díaz (0), Brizuela (6), Sima (13), Carter (5), Thomas (0), Osetkowski (0), Barreiro (3).



66 - AEK Atenas: (20+19+15+12): Williams (10), Flionis (7), Miles (14), Mitchell (18), Koniaris (0) -quinteto inicial- Jankovic (6), Gontikas (1), McGriff (6), Papadakis (0), Estrenlnieks (4), Petropoulos (0), Xanthopoulos (0).



Árbitros: Manuel Mazzoni (Italia), Boris Krejic (Eslovenia), Yener Yilmaz (Turquía). Miles, del AEK, fue expulsado por acumulación de faltas.



Incidencias: Partido de la primera jornada de la segunda fase de la Liga de Campeones FIBA disputado en el Martín Carpena ante 7.092 espectadores. Antes del encuentro se homenajeó a la jugadora malagueña Gema García, que se retiró del baloncesto hace unos días.

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