El Unicaja es campeón. Es una afirmación que se lleva utilizando durante dos campañas consecutivas, como en aquellos 2005-2006 con la Copa y la Liga, salvando las distancias por el camino recorrido y la importancia sideral de la conquista de una ACB. Pero con la conquista este domingo de la BCL, el equipo malagueño ha puesto sobre la mesa la determinación de buscar un título y conquistarlo.
Desde 2017 no se levantaba un título. Pero hasta que llegó aquella Eurocup habían pasado once años de sequía. Ahora, este Unicaja ha llegado para quedarse, o al menos esas son todas las señales que emite. Son dos títulos en dos temporadas, una final four, una final de la Supercopa y un buen susto al Barcelona en las semifinales de la ACB.
Quizás se empezó la casa por el tejado con la inesperada conquista de la Copa del Rey de Badalona. No se llegó como favorito y además se tenía el camino más duro, una especie de Everest doble. Se subió con mucha autoridad y se conquistó la Copa dejando en el camino a Barcelona y Real Madrid. A partir de ahí, el Unicaja era un equipo muy a tener en cuenta.
La siguiente parada fue la Final Four de la BCL 2023 disputada en Málaga. Fue un fin de semana que se le clavó a la plantilla y al staff. Lo reconoció Ibon Navarro tras el triunfo en el Belgrado Arena. "Nos hemos quitado esta mierda de encima" llegó a decir el vitoriano. Aquella derrota cambió todavía más mentalidad del equipo. Sin ir más lejos, se fue a por la liga.
En el playoff de la 2022-2023 pasó por encima de Lenovo, nada sencillo, y puso contra las cuerdas al FC Barcelona ganando un partido en el Palau y mereciendo ganar el segundo. En Málaga los blaugrana pusieron el listón altísimo con su baloncesto y Unicaja cayó con honores. Tras aquel partido, Ibon Navarro mostró la ambición de ese (este) vestuario. "Es bueno que todos pensáramos que podíamos ganar la Liga. El mensaje tiene que ser que la Liga sepa que queríamos ganar la Liga", dijo en la sala de prensa del Carpena. Nada más y nada menos.
Antes de la liga había otros retos. El primero fue la Supercopa de España, en la que se jugó la final contra el Real Madrid. No se ganó, pero se estuvo a la altura. A partir de ahí arrancó el camino con un chino en el zapato para Unicaja, que no era otra cosa que ser el anfitrión de la Copa del Rey 2024. Esa condición no se le da bien al Unicaja y lo demostró cayendo a la primera.
Pero el equipo siguió su curso con una temporada regular para la historia del club. Ahora mismo es líder, aunque el final que tiene es de traca -Lenovo, otra vez, UCAM y FC Barcelona además de Palencia-. Sea como fuere, primero o segundo, llegará al playoff como un serio aspirante a pelearle el título a Real Madrid o Barcelona.
Pero antes de que llegue eso este pasado fin de semana había una parada en el camino. La Final Four de la BCL 2024, con el recuerdo de la 2023 grabado a fuego en el vestuario. Se llegó a Belgrado como favorito y se defendió esa condición sobre la pista, especialmente durante la final contra Lenovo, que lo había barrido en la Copa del Rey en Málaga. Llevaba la etiqueta de campeón antes de ganar el título, y no le pesó, porque lo tenía entre ceja y ceja. Se lo llevó de vuelta a Málaga, como los equipos campeones.
Durante los fastos, en el balcón de la sede de la Fundación Unicaja, propietaria del club, Ibon Navarro se asomó con la copa de la BCL en las manos para agradecer el "Ibon tiene un plan". Cuando se dio la vuelta, desde la Plaza de La Marina salió un "¡A por la Liga, oé!". Ibón se rio. Quizás ese sea el plan ahora. Unicaja se lo cree.