El mercado laboral no acaba de arrancar en la provincia de Málaga. De hecho, el cuarto trimestre del año pasado ha sido nefasto. La provincia terminó el 2022 con 29.500 parados más que en verano -hasta los 160.800 desempleados-, 25.700 ocupados menos -hasta los 669.400- y una tasa de paro del 19,37%, tres puntos y medio más que en verano.
La Encuesta de Población Activa (EPA) que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) este jueves echa un jarro de agua fría sobre las expectativas de la economía malagueña. Es un pasito para delante y otro para atrás, como decía la famosa canción de Ricky Martin, y el resultado es que siempre se está en el mismo sitio, sin avance.
Y en esta ocasión no se le puede echar la culpa al incremento de la población activa porque, si bien ha aumentado en 3.700 personas, no es suficiente para justificar ese fuerte incremento del número de parados.
El cuarto trimestre no suele ser bueno para el empleo, sobre todo si se compara con el anterior -el del verano- que es el más importante para la provincia porque se llena de turistas y hay trabajo. Es lo que tiene depender de una economía basada en el turismo y poca industria, que es muy oscilante en el tiempo.
No obstante, es descorazonador que el mercado laboral malagueño esté en el mismo punto que a finales de 2021 cuando en 2022 ha habido una mayor recuperación económica y el turismo, pese a su temporalidad, haya marcado un año récord en muchos aspectos.
Estamos, por lo tanto, prácticamente igual que hace un año. En el cuarto trimestre de 2021 Málaga tenía 832.300 activos, 667.600 ocupados y 164.700 parados con una tasa de paro del 19,79%. Es una lástima porque en verano Málaga registró la menor cifra de parados desde finales de 2018 con 131.300 y la tasa de paro se acercaba algo más a la media nacional. Pero ha sido un espejismo.