La odisea de los 'ninis' rurales para encontrar un empleo: los servicios públicos no funcionan
Es una de las principales conclusiones del proyecto Track-IN, presentado por los investigadores Mariano Soler (UMA) y Antonella Rocca (Universidad de Nápoles) en un encuentro organizado por El Español de Málaga.
15 diciembre, 2023 05:00La tasa de paro juvenil es alta en España y en el resto de Europa y en las zonas rurales los jóvenes tienen aún menos oportunidades, lo que acaba generando incertidumbre personal, económica y, en muchos casos, su traslado a zonas urbanas, dejando los municipios pequeños con una población mermada.
Evaluar la efectividad de los servicios públicos de empleo entre los jóvenes ‘ninis’ que viven en zonas rurales es el objetivo de Track-IN, un consorcio internacional del que forma parte la Universidad de Málaga, junto a otras diez instituciones europeas. Las conclusiones de este estudio han sido presentadas en exclusiva en un encuentro organizado por Track-IN y El Español de Málaga en la sede de Impact Hub Málaga al que acudieron la vicepresidenta de Ciudadanía y Equilibrio Territorial, Antonia Ledesma; el director del Área territorial de Empleo de la Junta de Andalucía, Angel Sánchez; el decano de la facultad de Económicas, Eugenio Luque; o los alcaldes de Benarrabá, Silvestre Barroso, y de Yunquera, José María Rodríguez; entre otros.
Mariano Soler, coordinador de comunicación e investigador del proyecto Track-IN por parte de la Universidad de Málaga, y Antonella Rocca, coordinadora del proyecto en la Universitá degli Studi di Napoli 'Parthenope', fueron los encargados de dar las claves de este estudio en el que se han obtenido las respuestas de más de 2.000 jóvenes que viven en zonas rurales de seis países europeos (España, Italia, Portugal, Estonia, Lituania y Bulgaria).
Una de las principales conclusiones es que los jóvenes rurales desconfían de la efectividad de los Servicios Públicos de Empleo, siendo especialmente acusado este fenómeno en España y en Italia. Consideran importante tener una formación universitaria, habilidades digitales y saber idiomas, pero a la hora de buscar trabajo piensan que lo más importante es tener, como se dice habitualmente, un padrino, es decir, contactos.
¿Son entonces efectivos los servicios públicos de empleo? Según este estudio internacional no. Casi un 60% de los jóvenes encuestados aseguraron que no habían recibido ningún tipo de comunicación o servicio en los últimos seis meses o, incluso, desde que se apuntaron al paro si había transcurrido más tiempo. A algo más de un 20% les llamaron para hacer algún curso de formación y solo un 15% consiguió realmente un puesto de trabajo a través de estos servicios públicos de empleo, que están siendo utilizados principalmente para la gestión de prestaciones y otros aspectos burocráticos.
Las encuestas se realizaron a los jóvenes rurales de entre 25 y 29 años de esos seis países europeos -incluyendo a España- a principios de 2023. Los investigadores hicieron una segunda ola en junio. La noticia positiva es que el 47% de esos ninis se pusieron a trabajar en ese tránsito de tiempo -por cuenta propia o ajena-, mientras que un 14% decidieron retomar sus estudios. No obstante, un 39% se mantuvieron sin estudiar y sin trabajar.
El proyecto Track-IN y el EEA Grants
Este proyecto ha logrado una de las once ayudas EEA Grants –de entre más de 150 solicitudes- que otorga Islandia, Liechtenstein y Noruega para avanzar hacia una Europa verde, competitiva e inclusiva.
Los tres países donantes cooperan estrechamente con la UE a través del Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo (EEE). Los donantes han aportado 3.300 millones de euros a través de planes de subvenciones consecutivos entre 1994 y 2014. Para el periodo 2014-2021, las subvenciones EEA ascienden a 1.550 millones de euros.
Las subvenciones EEA están financiadas conjuntamente por Islandia, Liechtenstein y Noruega, cuyas contribuciones se basan en su PIB. La elegibilidad para las subvenciones refleja los criterios establecidos para el Fondo de Cohesión de la UE dirigido a los países miembros donde el Ingreso Nacional Bruto (RNB) por habitante es inferior al 90% del promedio de la UE.
Track-IN ha conseguido una financiación de más de 1,5 millones de euros y tiene hasta marzo de 2024 para su desarrollo. Así, integra a socios de seis países europeos: Italia, Portugal, España, Rumanía, Letonia, Estonia y Bulgaria, además de Alemania y Suiza, que son colaboradores. En total participan unos 35 investigadores.
Dividido en 3 grupos de trabajo, actualmente es el turno del primero, que es en el que intervienen los profesores de la UMA Mariano Soler, del Departamento de Contabilidad y Gestión, y Beatriz Rodríguez, del de Economía Aplicada.
El problema de los 'ninis' en las zonas rurales
El desempleo entre los jóvenes de las zonas rurales de Europa ha sido una preocupación persistente, que presenta desafíos e implicaciones únicos. La división rural-urbana, las oportunidades económicas limitadas y los cambios demográficos han contribuido a este problema.
"Las áreas rurales a menudo enfrentan una falta de diversas industrias y opciones de empleo, lo que lleva a una mayor vulnerabilidad a las recesiones económicas. El acceso limitado a la educación, la capacitación y la infraestructura agrava aún más la situación, lo que dificulta que los jóvenes adquieran las habilidades necesarias y encuentren un empleo adecuado. Como resultado, muchos jóvenes de las zonas rurales se ven obligados a migrar a los centros urbanos en busca de mejores perspectivas", señaló Soler.
En este sentido, en los estados miembros de la UE y los países asociados, la proporción de ninis (sin empleo, educación o formación) dentro de la población residente de 15 a 29 años osciló en el segundo trimestre de 2022 entre el 3 % (Países Bajos) y el 4 % (Islandia) al 19% (Rumanía) y al 20% (Montenegro, Macedonia del Norte). Estonia (16 %), Italia y España (14 % cada uno), así como Bulgaria (12 %), se encontraban entre los países de la UE que se enfrentaban a un mayor número de jóvenes que no estudiaban ni formaban para el empleo.
Los investigadores subrayan que "a principios de la década de 2000, varios países europeos iniciaron políticas y programas para abordar el desempleo juvenil en las zonas rurales. Los esfuerzos se centraron en promover el espíritu empresarial, brindar capacitación vocacional y mejorar el acceso a los recursos financieros para las empresas rurales. Estas iniciativas tenían como objetivo estimular las economías locales, fomentar la creación de empleo y retener el talento joven en las comunidades rurales".
"A pesar de estas intervenciones, las tasas de desempleo se mantuvieron relativamente altas para los jóvenes de las zonas rurales. Muchos factores contribuyeron a esto, incluida la tendencia actual de despoblación rural, la infraestructura inadecuada y el predominio persistente de las prácticas agrícolas tradicionales. Estos desafíos requerían esfuerzos sostenidos para cerrar la brecha rural-urbana, fomentar la innovación y la diversificación de las economías rurales y garantizar el acceso equitativo a la educación y las oportunidades de empleo para los jóvenes en las zonas rurales", añaden.
Estos expertos subrayan que "abordar el desempleo juvenil en la Europa rural exige estrategias integrales que consideren las características y necesidades únicas de estas regiones. La colaboración entre los encargados de formular políticas, las instituciones educativas, las empresas y las organizaciones comunitarias es esencial para crear un entorno propicio que fomente el crecimiento económico, fomente el espíritu empresarial y apoye a los jóvenes en la construcción de medios de vida sostenibles dentro de sus comunidades rurales".