Hay otros españoles que también pilotan un Ferrari sin llamarse Carlos Sainz, pero en el caso de Jorge Cabezas, lo hace con uno que se puede comprar en un concesionario, a diferencia del piloto madrileño que tiene un prototipo que no puede circular por la calle. Esa es la filosofía de los vehículos GT desde hace años, en el que correr con un coche que se ve en sitios como Marbella o Montecarlo es la base de su reglamento. El GT Cup Open mantiene el coche casi de serie y solo un sistema de prestaciones que controla la organización técnica hace que vehículos de distintas potencias y prestaciones puedan rodar con igualdad en un circuito.
El pasado fin de semana no fue fácil porque nada hacía presagiar que de repente empezara a llover de manera muy fuerte en cuanto los coches salieron a la pista en carrera, complicándolo todo bastante de cara a encarrilar el título final con un buen resultado en la rapidísima pista de Monza. Sin embargo, en la clasificación para la parrilla la pista estuvo seca y Jorge Cabezas se lució consiguiendo la pole position con más de un segundo de ventaja sobre el segundo clasificado.
Pero la climatología no parecía dispuesta a dar tregua y a falta de 5 minutos para formarse la parrilla de salida la lluvia volvió a aparecer, para acabar por convertirse en un intenso aguacero con el que no parecía que la carrera pudiera comenzar. No obstante, dirección de carrera decidió dar inicio a la misma bajo condiciones de Safety Car. Esto complicaba las opciones del Ferrari de Cabezas y Velasco, ya que nuevamente partían con el hándicap máximo en tiempo en su parada en boxes por sus resultados anteriores. Ello les obligaba a alargar la parada del cambio de piloto, haciéndoles caer hasta la quinta posición, desde la que Velasco había conseguido remontar hasta el tercer puesto, una posición que les serviría para aumentar la ventaja con los perseguidores en el campeonato.
En la parrilla de la carrera del domingo era Velasco el que salía en primera posición, entregando el coche en el cambio de pilotos cuando eran segundos. Jorge Cabezas tomó los mandos convencido de la posibilidad de atacar para conseguir la victoria, como así ocurrió. Un trabajo perfecto el que realizó el equipo Mertel Motorsport que se ha convertido en el más equilibrado del campeonato. Solo una catástrofe impediría que celebren el título en España en la última carrera, en un campeonato que recorre varios de los circuitos europeos más importantes.
Jorge Cabezas comentaba que “la dificultad de una pista tan rápida, unida a las condiciones meteorológicas, hacían fácil cometer errores. Afortunadamente, tanto los pilotos como el equipo, hemos conseguido redondear un meeting sin un solo error mientras que nuestros rivales han perdido aún más distancia con nosotros. Todo ello hace que estemos a solo un pasito de proclamarnos campeones a falta de la última carrera. En Barcelona intentaremos sumar el mejor resultado posible en la carrera de casa para cerrar el GT Open Cup”.