Prueba del DFSK 500: tarjeta ECO, buen tamaño y asequible
Los fabricantes chinos empiezan a inundar el mercado con propuestas asequibles en precio y, ahora también, en calidad de construcción.
14 marzo, 2024 11:08La mayoría de los fabricantes, sobre todo los europeos, se han centrado actualmente en fabricar modelos de tamaño medio a grande, olvidando el volumen que les pueden dar los coches más pequeños, porque consideran que no son rentables. Eso les ha abierto las puertas a los fabricantes chinos, que empiezan a inundar el mercado con propuestas asequibles en precio y, ahora también, en calidad de construcción. Gracias a Carmei Málaga, concesionario oficial de la marca en nuestra ciudad, hemos podido probar esta unidad.
DFSK es el resultado de la unión de dos gigantes chinos, por un lado Dongfeng y por otro Sokon, de donde toman ese nombre para la marca. Sin embargo, denominaciones aparte, lo cierto es que viene a competir en un hueco del mercado que está huérfano de opciones y donde tiene mucho que decir ya que muy pocos vehículos están por debajo de la barrera de los 20.000 €, y este DFSK 500 lo consigue, además con tarjeta ECO y cambio automático.
Bajo el formato de un SUV mediano, de 4,38 metros, el DFSK 500 utiliza la misma plataforma que su hermano DFSK Seres 3, totalmente eléctrico. En el caso del 500 que nos ocupa su motorización proviene de un 1500 cc de cuatro cilindros de origen Mitsubishi, legendario por su fiabilidad, aunque a costa de no ser lo más avanzado del mercado.
En la práctica, eso le proporciona una ventaja en cuanto a simplicidad técnica y fiabilidad. Acompaña a este motor obligatoriamente un cambio automático tipo CVT o variador continuo, más eficiente que uno de convertidor de par y barato de construir, que se defiende bien en líneas generales. En marcha sus 106 cv pueden parecer escasos para lo que se estila hoy día, pero proporcionan una buena agilidad en ciudad. En carretera notaremos unas aceleraciones más limitadas, pero hay que tener en cuenta que muchos de los potenciales clientes de este modelo tienen ahora vehículos con 15 años de antigüedad, con mucho menos de 100 cv y hasta ahora no tenían otras opciones como la del DFSK 500.
De hecho, lo más sorprendente de todo es poder disponer de la tarjeta ECO porque gracias a su adaptación para uso de GLP se convierte en un coche que funciona con dos tipos de combustibles, por un lado gasolina de 95 y por otro gas, que a día de hoy sigue estando a casi la mitad de precio que la gasolina, por lo que uniendo la autonomía de sus dos depósitos independientes podremos hacer de un tirón muchos kilómetros antes de repostar. Además, en la práctica no tenemos que hacer nada a la hora de conducirlo porque, aunque arranca en modo gasolina, pasa a los pocos minutos automáticamente a GLP una vez el motor ha tomado temperatura.
Otra de las cosas favorables es que es uno de los más grandes de su segmento en cuanto a espacio para los pasajeros. Cuatro adultos pueden desplazarse en su interior con un espacio sorprendente, incluso con un quinto algo más apretado en el asiento central trasero. Los asientos están revestidos con cuero vegano, que es como se les llama ahora, y ofrecen una buena sujeción. Uno, acostumbrado a ver la tendencia actual de los cuadros de instrumentos digitales, se alegra de ver uno analógico, con manecillas como las de toda la vida, pero con una pequeña pantalla digital monocromo entre las dos esferas que nos proporciona la información adecuada.
El precio del DFSK 500 parte desde los 17.495 € en su versión solo gasolina. Por 2.200 € más se incluye el GLP, con todo lo básico en un coche de hoy día como equipamiento de serie, aunque sin los refinamientos tecnológicos de un modelo de superior porque, aunque no lo parezca, hay muchos clientes que buscan coches así de razonables.