En aquellos momentos, no estaba siquiera el PTA. Era 1991, quedaban dos años para la apertura del Parque Tecnológico de Andalucía se fundó la incubadora de empresas emergentes BIC Euronova: un hito casi fundacional de la Málaga tecnológica que este viernes celebra sus tres décadas de aniversario.
"Era una etapa totalmente experimental. Tampoco sabíamos si esto iba a funcionar, el parque en ese momento también era una incógnita, el propio tejido de Málaga lo recibió con mucho entusiasmo pero hacía falta que eso cuajar en lo que es hoy", explica a EL ESPAÑOL de Málaga el director general de BIC Euronova, Álvaro Simón.
Aunque esa fundación en 1991 es la que ahora se celebra, la puesta en funcionamiento efectiva de la incubadora no se produjo hasta dos años después, apenas unos meses tras la apertura del PTA, hoy Málaga TechPark: "Al principio era un recorrido más lento de puesta en valor de lo que era Málaga respecto a su industria principal, el turismo, y apostar también un poco más por esa faceta de innovación", relata Simón.
Su labor durante estos años ha sido justamente ayudar a hacer crecer a empresas jóvenes mediante, por un lado, espacio y medios físicos que puedan necesitar; y, por otro, organización de jornadas de networking, presentación de programas de ayudas, conexión con el entorno local, nacional e internacional... Los resultados son, según los datos facilitados por la propia incubadora, más de 500 compañías innovadoras y 5.200 empleos cualificados, con una tasa de supervivencia de en torno al 80% de sus startup. Un porcentaje de éxito altísimo.
Tras esa primera etapa de sentar las bases, explica Álvaro Simón, hay un punto de inflexión en torno al año 2004 o 2005: "Primero se pusieron en marcha a nivel nacional y autonómico muchas más herramientas de apoyo al movimiento emprendedor. Se trabajó mucho también una marca, que identifica a Málaga como Málaga Valley; que quería hacer alusión a que en este valle de Guadalhorce se podía producir lo mismo que en el de Santa Mónica, salvando las distancias y sobre todo salvando la acumulación de capital riesgo", matiza.
Desde entonces, un crecimiento innegable en la ciudad que hoy está presente en muchas de las grandes conversaciones. Pero los más antiguos del lugar no olvidan que esto empezó, en parte, con esta incubadora obsesionada en "detectar empresas innovadoras", "apoyarlas en su nacimiento y en su periodo de formación" y lograr "que formen parte del panorama".
Una misión patrocinada por Unicaja y las administraciones públicas que, a la luz de los datos, ha sido exitosa y que -según defenderán este viernes en el acto de celebración del 30º aniversario- tiene mucho más recorrido. Queda cuna tecnológica para rato.