El programador Pablo Martínez se dio realmente cuenta del alcance de su proyecto cuando se plantó con unos amigos frente a la Catedral de Málaga. Escogió cuidadosamente el lugar donde pararse, sacó el teléfono móvil y abrió su aplicación Biznaga: el código que él mismo había escrito era ahora una réplica virtual de esa misma plaza cara a La Manquita, la del Obispo.
La escala, cada esquina de los edificios, los detalles de la torre de la Catedral, los alféizares, las escaleras, coincidían dentro y fuera del dispositivo. Su metaverso en construcción de la Málaga histórica, por ahora todavía un humilde modelo 3-D de ese icónico rincón malagueño, funcionaba.
Se trata de Biznaga, un proyecto de metaverso de cuatro jóvenes que permite viajar al pasado al reconstruir lugares icónicos de la ciudad de Málaga en varias épocas distintas. La primera versión de su primer escenario, la susodicha plaza del Obispo, se lanzará el jueves de esta misma semana, 9 de noviembre, y ya permitirá desplazarse (virtualmente) hasta ese mismo lugar en el siglo XII.
Claro que, para esa época, el usuario se encontrará una mezquita donde hoy está la Catedral. Algo que seguramente no gustaría a la guía de excepción que te lleva de una era a otra: un avatar que representa (creativamente) a la reina Isabel la Católica.
Una nueva civilización virtual
El productor Francisco Calderón, los modeladores Francisco Navarro y Sergio Cabello, además del ya mencionado Martínez forman un cuarteto de socios entre los veinte y los treinta años que llevan tres meses tirando de ahorros para poder hacer su sueño del metaverso al pasado posible.
Su historia es la quimera de cualquier espacio de coworking: se conocieron con distintos proyectos en la preincubadora del Polo Nacional de Contenidos Digitales, un espacio municipal de desarrollo de contenido audiovisual. Calderón trabajaba en una comunidad de videojugadores, Cabello era modelador freelance, Navarro y Martínez desarrollaban sus propios juegos. Charlaban durante los tiempos muertos en los espacios comunes y, en una de esas, Calderón les presentó una idea. Reconstruyamos la Málaga del siglo XII.
“Yo soy canario y vine muy pequeñito a Málaga. Leía mucho sobre historia y me encantó un libro sobre la historia de la ciudad. Yo tenía la idea de que quería contar eso en realidad virtual, pero tecnológicamente estaba muy perdido. Se lo comenté a los demás y ellos me dijeron: Lo podemos contar y que tú estés allí. Lo estás viviendo, te puedes mover, te puedes pasear… Así que ya se queda dentro de ti”, explica Francisco Calderón en una conversación grupal de tres de los cuatro socios del proyecto con EL ESPAÑOL de Málaga.
Su objetivo es que el futurismo y la tecnología más puntera sirvan para ensalzar la historia y el patrimonio más arraigado. Según su perspectiva, se trataría de añadir una capa más de construcción sobre una ciudad milenaria que ha sido rehecha constantemente por el paso de las civilizaciones.
“¡El Polo Digital en sí es un metaverso! Fuera es un año y aquí es otro. Me llamó la atención ver que hay murallas de Málaga en las que, cuando las han descubierto, han encontrado cuatro tipos de muralla distinta. Cuatro épocas en una. Eso es flipante, y muy pocas ciudades han aprovechado esto”, argumenta Calderón. Si reconstruyeran esa muralla en Biznaga, de algún modo le estaría otorgando una quinta capa civilizatoria: la de la realidad virtual.
De esa manera, quieren que los detalles históricos, las historias que ocurrieron hace décadas o siglos y forjaron el mundo actual, no pasen desapercibidos para propios y extraños de la ciudad: “Para avanzar al futuro, tienes que conocer el pasado”, dice Calderón. Un pasado lleno de historias de fantasmas, aventuras, amor o tradiciones que quieren que la tecnología más puntera pueda recrear.
“Málaga es una ciudad de dualidades: muy peculiar, con muchas costumbres; y, al mismo tiempo, un emergente referente de tecnología. Biznaga está juntando esas dos Málagas. Por un lado, en la forma, la realidad virtual y aumentada, los metaversos; por otro, en el fondo, la Málaga de todos, de nuestra historia, de los detalles y las curiosidades”, desgrana el programador, Pablo Martínez. Él recuerda que la madre de su mejor amigo les organizaba expediciones a la pandilla al Centro para contarles anécdotas históricas de la ciudad, y algo ahí germinó.
Cuando le enseñaron en otoño a los coordinadores y mentores del Polo Digital el trabajo realizado, no se enfadaron porque se hubiese desviado de sus proyectos iniciales. Al revés, les propusieron presentarlo en la Mobile Week de Málaga de esta semana (9-12 diciembre) tanto en la sede del propio Polo como en la Oficina de Turismo. Comenzó entonces una cuenta atrás frenética para poder tener una primera muestra del ambicioso producto en algo menos de tres meses.
El producto por delante
“Si la primera versión de tu producto no te da vergüenza, es que vas tarde”, afirma el productor de la app, Francisco Calderón. Bajo esa máxima, se propusieron crear un “acceso anticipado que te diga por dónde tira esto” y que estará disponible nada menos que por Google Play Store: “Queremos adaptarnos a lo que nos diga la comunidad. Eso es lo bueno: podemos pivotar si nos dicen que algo no les interesa”, subraya Calderón.
Prevén que esa primera versión muestre dos escenarios: un vestíbulo desde donde seleccionar la época a la que trasladarte de la mano de Isabel II de Castilla y, desde ahí, el emplazamiento de la Catedral en distintas épocas.
“No queremos que veáis los detalles, queremos que veáis que podemos hacerlo. Con el tiempo lo perfeccionaremos, pero sabemos cómo hacerlo y lo queremos enseñar. No tenemos miedo del producto, confiamos mucho en la idea. A partir de ahí, que esté incompleto… Siempre está incompleto”, defiende Calderón.
Asegura que gran parte del proceso hasta el momento ha sido su propia formación, porque “no hay cursos que te enseñen a hacer un metaverso”. No pueden entrar en vídeos tutoriales de YouTube que les guíen. Señala que, en muchos casos, están creando ellos mismos sus propias metodologías de forma proactiva.
“Ha habido muchos puntos en los que hemos estado construyendo una torre sobre fallos y aciertos, hemos parado y hemos dicho: Mejor vamos a echarla abajo y volver a construirla con lo que ya sabemos”, recuerda el modelador Sergio Cabello. Sin ir más lejos, han tenido que reconstruir virtualmente la actual Catedral de la app hasta en tres ocasiones.
Uno de los objetivos con esta primera versión será la de ganar socios, entidades o inversores que crean en el proyecto, y a las que quieren mostrar cuanto antes lo que son capaces de hacer: “Tenemos la idea, la tecnología y la documentación para hacerlo. Solo nos hace falta ese impulso en forma de opiniones y recursos económicos”, plantea Calderón.
“Por eso lo sacamos. Si no, estaríamos seis meses trabajando y sacaríamos un producto mucho más definido, seguramente en multijugador. Pero ahora, si peta en [la marca de móviles] Xiaomi, es algo bueno. Es un acceso anticipado, ahora es cuando se tiene que romper. Queremos saber si la gente quiere pasear o quiere quedarse quieta mirando. ¿Quiere la Catedral o quiere otra cosa? ¿Quiere viajar?”, se pregunta el productor.
Todos los metaversos por crear
Aunque el proceso sigue dependiendo de sus bolsillos, están en pleno proceso de tres fichajes: un encargado de la conceptualización y cuatro manos más para el modelaje. Junto con ese impulso y el de Microsoft, en cuyo programa global para startups han entrado, son casi incontables las aplicaciones que imaginan para su Biznaga. Planean:
- Cambiar con la propia plaza del Obispo: si, por ejemplo, ponen un cartel promocional de la Expo 2027 para Málaga, añadirla también a su réplica digital.
- Que suenen las campanas de la Catedral a cada hora en punto.
- Crear a Pablo Picasso como nuevo avatar que te pueda guiar por las eras.
- Añadir una calle Larios navideña, con su espectáculo de luces.
- Reedificar el primer asentamiento fenicio en Cerro del Villar.
- Construir el recorrido oficial de la Semana Santa malagueña a través de los años.
- Recrear la gran nevada de Málaga capital en los años 50.
- Añadir experiencias multijugador.
- Expandir el proyecto a otros lugares de Andalucía y el resto del mundo.
- Insuflar mediante recreaciones nueva vida a lugares que queden abandonados, por ejemplo, monumentos de la España Vaciada.
Por lo pronto, ya han puesto aviones que vuelan por el cielo de su primera versión de la Málaga actual, para satisfacer al sobrino pequeño de Calderón.
“Somos muy realistas. Estamos haciendo un metaverso, que es una palabra que está a 2 kilómetros de distancia y llama mucho; pero no queremos morirnos de éxito”, dice el productor de esta máquina del tiempo: “No puedo decirte que el mes que viene habremos creado Italia. El mes que viene estaremos, seguramente, trabajando en arreglar errores”, sentencia entre risas.