En la nueva Málaga tecnológica, todos los caminos llevan a Demium. Cuando el medio especializado El Referente publicó su clasificación de las cien empresas emergentes o startups más innovadoras de España en 2021, Málaga se situó como tercer ecosistema con más presencia cuantitativa, con 12. De ellas, al menos la mitad (Kaikoo, Kronte, Zexel, Upgrowz, Wains, Agrow) tenían un mismo origen: una inversora de talento que, desde el antiguo Palacio de Crópani, reúne bajo las mismas cuatro paredes a algunas de las jóvenes cabezas emprendedoras más prometedoras del ecosistema.
Es ahí donde se sitúa la sede malagueña de Demium, una compañía fundada en Valencia y con sedes también en Madrid, Barcelona y Bilbao que busca el talento en su vertiente más cruda para cocinarlo en el tiempo récord de seis meses o incluso menos. "Es el tiempo que necesitas para crear equipo, crear idea, montar tu modelo de negocio, montar tu plan financiero, montar tu plan de márketing y conseguir la ronda", explica en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga Ana Rodríguez, Head of Community de la entidad. Completan el joven equipo Álex Sánchez, Head of Incubation, y Ramón Rubio, Incubation Manager.
De las 25 ideas que han incubado desde octubre de 2020, 16 startups se presentaron finalmente a intentar conseguir la inversión y 12 de ellas lograron el ticket de 100.000 euros para su proyecto de la mano de Think Bigger Capital, el fondo de la propia Demium comandado por Álvaro Villacorta. El modelo de negocio de esta inversora de talento se basa, por tanto, en las desinversiones: esperan que algunas de esas compañías que financian en sus inicios sigan creciendo y así puedan ellos vender sus participaciones con el valor multiplicado.
Se buscan "emprendedores incomprendidos"
El inicio de todo es cada una de las cinco convocatorias anuales que organizan para captar talento. La primera de este 2022 se celebra el fin de semana del 4, 5 y 6 de febrero -el plazo de inscripción sigue abierto-, cuando los interesados serán retados a crear un idea de negocio por equipos durante el fin de semana. Un jurado externo a Demium elegirá el proyecto ganador, cuyo equipo entrará directamente en el programa, mientras que los ojeadores de la inversor ficharán a personas sueltas a las que hayan visto maneras dentro de grupos que no necesariamente hayan ganado.
"Lo que nos diferencia es que gente con talento y que quiere emprender se junta con otras personas con ese mismo denominador común. Esa es nuestra materia prima", defiende Ramón Rubio, que lo define como, fundamentalmente, "un modelo de personas".
Sus datos señala que aproximadamente algo más del 80% de los seleccionados están entre los 25 y los 32 años y cuentan con entre 2 y 5 años de experiencia en su industria, pero puede entrar todo tipo de perfiles. Rubio sí señala un aspecto clave: "la disponibilidad": "Tienes que permitirte la aventura económica de estar seis meses sin generar ingresos, dedicado a tu proyecto", plantea.
Para Ana Rodríguez, las características que deben tener estos "emprendedores incomprendidos" pasan por la "actitud más que formación" y "que sea tu momento": "Esto no es un máster del emprendimiento, es un programa que te va a cambiar la vida", defiende.
Una vez seleccionadas las personas individuales, Demium crea equipos y les guía durante el proceso de los próximos meses. El símil más utilizado para definir su labor es el del "Tinder del emprendimiento", que junta el talento complementario bajo un mismo techo: "La gente viene con la mente tan abierta y tantas ganas de emprender que al final acaban siendo matrimonios. Tenemos una tasa de éxito en los match de los cofundadores muy buena", explica Rodríguez.
El "momento cero" de Málaga
Si Demium está alcanzando ese peso relativo en la nueva generación de empresas emergentes de Málaga, argumentan que es porque llegó en el momento adecuado.
"Ya está sobresaturado Madrid, ya está sobresaturado Barcelona. Estamos empezando a ver que Málaga empieza a atraer negocios, empiezan a haber muchísimos inversores que se mudan aquí para encontrar el momento cero, el de oportunidad, en el que vas a ver un talento con muchísimas ganas de emprender pero no hay competencia todavía suficiente", explica Ana Rodríguez.
Así, han entrado como un guante en un ecosistema en el que "es muy difícil encontrar modelo como el nuestro": que cubra desde el talento en bruto hasta la primera inversión. A diferencia de Madrid, Barcelona y Valencia, donde "ya hay actores privados apostando" por las empresas emergentes, en Málaga la red de incubadoras y aceleradoras ha tenido fundamentalmente su origen en la administración pública.
"Faltaba un actor privado que acogiera a todos los emprendedores", resume Ramón Rubio.
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