Día grande para la Málaga tecnológica. El alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación, Francisco Salado; su homólogo de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y la vicepresidente primera del Gobierno, Nadia Calviño, estarán presentes este lunes en el gran evento de presentación del Centro Europeo de Excelencia de Vodafone en la Costa del Sol.
Junto con los anuncios de asentamiento en Málaga de otras multinacionales como Google, Dekra, TDK o Globant, la elección de la Costa del Sol por parte de Vodafone para su nuevo centro de excelencia en I+D fue uno de los grandes éxitos de Málaga durante el dorado 2021 en el ámbito tecnológico local; especialmente, por el modo en el que se consiguió: la compañía telefónica eligió la ciudad tras una competición internacional entre ochos urbes europeas de cinco países.
La teleco eligió Málaga, en parte, por la coordinación entre administraciones que observó, independientemente del color político, y este primer evento será prueba institucional de ello. Ahora, llega el paso más difícil: convertir el gran anuncio en una realidad tangible. Es ahí donde surgen las incógnitas y los retos.
A fecha de este domingo, se desconoce en qué ubicación de la ciudad se localizará el Centro de Excelencia en I+D, pero la cuestión fundamental será la conexión con el talento.
Los planes de principio de año de Vodafone, según explicó la compañía a Europa Press, pasan por incorporar en Málaga hasta 100 personas a fecha de este marzo, para un total de 600 empleos en ese mismo mes del año siguiente. Unas cifras altísimas para un ecosistema tecnológico cuyos principales actores no dejan de pedir más formación de nuevos talentos.
El reto de encontrar a ese más de medio millar de profesionales es complejo por los pros y contras de las distintas soluciones que se plantean. Por un lado, la calidad de vida de la ciudad y el bajo coste en comparación con otras zonas de Europa puede ser un incentivo para la atracción de talento internacional provenientes de zonas más pudientes económicamente, una opción que contempla Vodafone pero que podría tener efectos gentrificadores en la urbe.
Por otro, si el foco está en cambio en fichar a varios centenares de ingenieros en Málaga, la complicación está en cómo dejaría el talento de las startup, una preocupación expresada -refiriéndose a sus propios casos- por los consejeros delegados de las grandes tecnológicas malagueñas, que tratan de no quitar a empresas emergentes más de una persona por equipo.
Para no entrar como elefante en una cacharrería, ha sido relevante en experiencias previas el rol de un implicado en el ecosistema que pueda guiar el aterrizaje de una multinacional y centrarse en hacerlo positivo también para el entorno. Sería, por ejemplo, la labor que realiza el veleño Bernardo Quintero con el futuro centro de Google en Málaga, uno de cuyos focos será la creación de un hub de ciberseguridad a su alrededor.
"Si viene una multinacional y te ficha a gente de startups pequeñas, se carga el ecosistema", afirmó a este periódico -sin referirse necesariamente al aterrizaje de Vodafone- el CEO de la exitosa compañía malagueña Uptodown, Luis Hernández, en un reportaje publicado en noviembre. Él apostaba por "proteger al emprendedor local". "Sabemos que Málaga puede dar muchas cosas, pero ¿qué vas a hacer tú por Málaga?", cuestionaba en ese mismo texto el propio Quintero.
Por lo pronto, el aterrizaje de la compañía ha causado impacto en los periodistas tecnológicos de Madrid, que este mismo domingo ya llegaron a Málaga para cubrir la presentación de este lunes. Será entonces cuando Vodafone desarrolle su respuesta a la cuestión de qué traen a la Costa del Sol.