Por un lado, las grandes empresas tecnológicas de Málaga: Freepik, BeSoccer, Uptodown, Virustotal... Por otro, las jóvenes aspirantes con todo el potencial futuro por delante, muchas de ellas provenientes de la inversora de talento Demium. Entre medias, una "brecha o precipicio donde la mayoría de startups [empresas emergentes] fracasan".
"Tenemos que ocupar ese espacio", afirma en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga el director de proyectos de la sede malagueña de Demium, Ramón Rubio, que defiende que las grandes compañías tecnológicas malagueñas conforman un "grupo aspiracional a cuya consolidación y madurez aspiran estas startups", que todavía están actualmente en un fase "muy embrionaria y muy incipiente".
Entre esas aspirantes, se encuentran compañías nacidas en el seno de Demium (que conforma los equipos, les acompaña en sus primeros pasos como proyecto y hasta les puede facilitar una primera inversión de 100.000 euros) como la plataforma de entrenamiento de esports Kaikoo, el algoritmo de optimización de riego de Agrow o la herramienta de fijación de precios de Planet Dataset.
Todas ellas (además de Growii, Wains, Zexel, SOG y Habbility) presentaron su iniciativa este jueves en el Demium Roadshow, como exponentes del trabajo bien hecho de la sede malagueña de esta incubadora de talento. Al igual que el ex jugador de fútbol Robinho, que brilló en el Real Madrid en un impresionante primer partido contra el Cádiz para terminar disolviéndose en el firmamento, ahora el reto para todas estos proyectos es demostrar que pueden trascender de la mera promesa en sus primeros pasos a una realidad asentada y duradera. Parte de la apuesta diversificada de Demium da por hecho que varias de ellas no lo lograrán.
"Nuestras inversiones son normalmente en fase presemilla. La ronda semilla es cuando demuestras adecuación del producto al mercado, que has encontrado que tu solución aporta valor a un problema y que, aportando capital externo, esa solución es susceptible de que crezca: vas a tener dinero para márketing, vas a tener dinero para seguir invirtiendo en tecnología, para apertura en nuevos mercados...", explica Rubio.
Es justamente en esa fase de crecimiento, consolidación y maduración, en la que Demium está comenzando también a enfocarse. Quieren que las empresas en las que han invertido logren expandir su solución "antes que otros competidores y otros jugadores la repliquen".
Para lograrlo, según el director de proyectos de Demium en Málaga, también sería importante que justamente esas grandes tecnológicas ganadoras "den recursos, un poco de asesoría y seguimiento para que se forje esa clase media", defiende Ramón Rubio: "Todo sería una cascada mucho más natural: tendríamos esas empresas bien consolidadas, las que están a punto de y las nuevas, que motivan a las de arriba a seguir siendo referentes".
Mientras se va creando poco a poco esa clase media, este jueves fue el software de Wains, que mide la situación de salud mental de los empleados de una compañía, la que se alzó con el primer puesto en la pequeña competición de pitch o presentaciones entre graduadas de Demium. Una de las mejores noticias es que entre los fundadores y las compañías quedó más que patente el buen ambiente.
"En el último año está naciendo una hornada de startups en la misma situación. En este caso, uno más uno no es que sea tres, es hasta cinco. El hecho de compartir con gente que tiene la misma filosofía, la misma mentalidad y la misma perspectiva, hace que empujen para arriba juntos", resume Rubio. Y así es como aspiran a ganarse su hueco como la clase media de la Málaga tecnológica.