Luis Hernández: "Málaga no va a tener problema nunca para atraer, pero debe intentar darle una dirección"
El CEO de Uptodown expone sus modelos de tecnología y de ciudad en el VI Encuentro Tecnológico de EL ESPAÑOL de Málaga.
22 junio, 2022 05:00Noticias relacionadas
Nos prometieron un ordenador en nuestros bolsillos, pero lo que tenemos es más bien una tele o una radio portátil. El CEO de la tienda de aplicaciones móviles Uptodown, el malagueño Luis Hernández, defiende no conformarnos con ser meros consumidores de la tecnología y volver en parte al espíritu creativo de Internet en los años 2000. La suya es una perspectiva "particular, muy enfocada en el largo plazo, en el producto, en el usuario, e independiente".
En conversación con este periódico durante el VI Encuentro Tecnológico de EL ESPAÑOL de Málaga —con la colaboración de Cervezas Victoria, Previsión Médica, MiColchón y Limsama—, Hernández apostó este lunes por la "innovación sin permiso" y por que las nuevas generaciones no acepten tal cual "las cosas como vienen", ya que hay que "activamente promover un modelo". Desde su perspectiva, en los próximos años se viene un cambio de ciclo por el "exceso de codicia" de los gigantes tecnológicos y que viene precedido por la caída de las criptomonedas o las acciones de grandes compañías del sector.
Su compañía, Uptodown, es un bicho raro en ese sentido. Fundada en la propia Universidad de Málaga hace dos décadas, no han contado desde entonces con inversión de ningún tipo, sino que él y su socio Pepe Domínguez han crecido firmemente a pulmón y siguen siendo desde entonces los únicos dueños. "Eso ha definido un poco nuestra forma de ser, cómo ha evolucionado la compañía, cómo ha sido nuestra trayectoria, y nos ha hecho distintos", admite.
Bendita diferencia, que les ha asentado desde hace años en más de 100 millones de usuarios únicos y como una de las principales alternativas globales al duopolio de Google Play Store y App Store, además de socios de referentes del mundo gamer como Tencent o Ubisoft: "En cualquier parte del mundo que trabajan en videojuegos, el primer sitio que miran cuando van fuera de Google Play es a Málaga", dice.
Su propuesta de valor es la instalación de aplicaciones "en dos clicks", sin cuenta y con privacidad asegurada, lo que les ha hecho enormemente populares y les ha llevado a "situaciones absurdas, como que llegue una gran compañía, te pone 100 millones sobre la mesa y te quiere comprar". "Es el choque entre nuestra visión del mundo pequeñito, de avanzar orgánicamente, y todo lo que hay en la tecnología, que es una industria gigante", afirma. Una confrontación de modelos —también respecto al tipo de ciudad que queremos— que estuvo presente en todo momento en la conversación, de la que sigue ahora la transcripción de algunas de las preguntas. La entrevista fue luego seguida de una sesión abierta de cuestiones y respuestas con el público y de una
Imagino que cuando empezasteis no era sencillo prever en lo que se ha convertido la industria. ¿De dónde nació vuestra inquietud?
Culturalmente, los que nos hemos criado en el nacimiento de Internet tenemos una visión distinta de las cosas; sobre cómo proteger la tecnología, porque es un recurso valioso, y hacerla llegar al máximo de personas posible. Esto ha cambiado muchísimo, la gente joven usa la tecnología como un producto de consumo más. Eso no es ni bueno ni malo, pero sí tiene unas consecuencias de las que nos gusta advertir. Somos presos un poco de no saber cómo funciona realmente la tecnología por debajo, estás en manos de las grandes tecnológicas.
Es un sector muy potente, pero muy poco fragmentado y en manos de muy poco gente. Una de las primeras preguntas que siempre nos hacen es cómo nos metemos a distribuir aplicaciones móviles cuando ya está Google gobernando con puño de hierro en el sector y no tenéis ninguna oportunidad. Nuestra misión era demostrar que no, que existen posibilidades, hay alternativas.
Es una perspectiva generacional de la tecnología muy artesana, de no tomarla como mero consumidor, como un mero entretenimiento.
Sí, es una parte creativa. Hay parte de márketing de las compañías que prefieren que el usuario se mantenga al margen de cómo funciona por debajo la tecnología. Cuando empezó Internet, había unos principios fundacionales relacionados con la neutralidad de la red: no puede ser una herramienta de discriminación, no puede una operadora por ejemplo cobrar por servicios. Sería impensable que os cobrase Telefónica o Vodafone por utilizar Twitter o Youtube, porque hay una serie de principios que se acordaron en esa primera fase.
Eso es lo que está en juego ahora: decidir si la industria de los teléfonos móviles vamos a tener unos principios que garanticen que haya igualdad de oportunidades. Somos unos de los pocos guardianes de la idea. ¿Por qué no tengo derecho a instalar lo que yo quiera en mi propio dispositivo? ¿Por qué no puedo elegir la fuente de mis aplicaciones? ¿Por qué no puedo elegir mi navegador? En Apple, solo puedes utilizar Safari. ¿Por qué se pueden cargar una categoría entera —como emuladores, por ejemplo, que es un elemento imprescindible de la cultura del videojuego que Apple decide desechar—? Si tú solo dependes de Apple o Google, estás en manos de este tipo de decisiones arbitrarias. En Apple, pueden no publicar una aplicación solo porque ya hay muchas de ese tipo. Hay una serie de problemas asociados del duopolio Android y Apple. Android vende un poco esta idea más abierta, pero en el fondo es lo mismo. Ellos pretenden construir estos jardines vallados donde tienen el control absoluto con la única intención de comisionar el 30%. Toda vuestra actividad en el móvil, sea comprar una canción, un juego o suscribiros a Spotify, va comisionado a Google o a Apple. Imaginaos el volumen de negocio. Es lo que ellos están protegiendo y es el gran cambio que viene el año que viene: abrir el escenario y dar más oportunidades a que no haya un control tan estricto a lo que ocurre ahí.
Un ejemplo: la compañía que más dinero genera en la industria de los videojuegos no es una compañía de videojuegos, es Apple. Es una red flag de cómo se está degradando; por no hablar de que, al tener control de todas las capas antes de llegar a Internet, no podemos considerar que Internet sea neutral si toda la cadena de valor hasta que llegas a él no lo es.
La vuestra es una lucha que desde fuera puede parecer de David contra Goliat, casi kamikaze; sin embargo, el resultado de tantos millones de usuarios únicos y la tendencia a legislar parece que os dan al menos algo de razón.
La concentración y el dominio de estas tiendas provoca que la innovación se dirija a un determinado camino, optimizar. Son muy buenos en eso, generan mucho dinero y es lo que deben hacer. Otra cosa es que haya unos límites, un libre mercado y una competencia sana. El 2023 Europa quiere aprobar el Digital Markets Act, en el que se ponen una serie de condicionantes. Tú no puedes promocionarte a ti mismo en todos tus canales de forma poco ética; si Google Play está en todas las búsquedas por delante de Uptodown de forma artificial, hace muy difícil la competencia. Hay herramientas mucho más sutiles: tienen métricas de las que tú no dispones, limitaciones tecnológicas con las que nosotros no podemos competir... Una serie de circunstancias que controlan estas leyes, en Estados Unidos hay alguna similar. Yo espero que despierte el sentimiento de los 2000, que esto es una parte muy importante de nuestra vida para que no esté regulada. Va a ser importante para nosotros; pero, sobre todo, para el usuario.
Eso sí, siempre respetando a quien quiere un jardín vallado porque no quiere complicaciones. Con eso no hay problema y no es asunto nuestro. Pero para el que quiere salir de ahí, tienes que dejar una puerta abierta. Tampoco quiero dar una sensación de David contra Goliat: nosotros colaboramos a muerte con Google, somos necesarios para ellos porque no llegan a muchos sitios que nosotros sí por temas geográficos o políticos, esto es útil también para ellos.
Para Luis Hernández, en Málaga es "compatible" el emprendedor local con "traerte una operadora". "Lo que no queremos es que activamente se esté trabajando para traer a la operadora a Málaga pero no para proteger al emprendedor. Málaga tiene un tracción brutal, todos los directores quieren reunirse en Málaga y luego hacer aquí sus fiestas. Málaga no va a tener nunca un problema para atraer talento, es una ciudad vibrante. Lo que sí tienes que intentar es darle una dirección al proyecto. Lo otro va a venir solo, lo que tienes es que activamente exigir que la primera línea de playa sea para tu gente que está emprendiendo", reflexiona.
Cuenta que, cuando habla con emprendedores jóvenes, todavía tienen "los mismos problemas que hace 20 años", como la falta de oficinas en el entorno del Centro o el precio del metro cuadrado. "Es una pena, significa que no ha avanzado nada porque activamente no se está protegiendo a esa gente", razona. Su propuesta de solución es ceder a emprendedores locales un porcentaje del suelo que ocupen grandes empresas, entidades públicas o incluso hoteles.
"La prioridad es el emprendedor local, más cuando es un modelo que está demostrado. No es humo, es Freepik, BeSoccer, VirusTotal. Es el modelo que nosotros en principio queremos para Málaga, siendo 100% compatibles con grandes compañías y multinacionales", plantea.
¿Para vosotros empezar Uptodown ahora hubiera sido más sencillo o más complicado que cuando comenzasteis?
Directamente imposible. Ni cómo se posicionan ahora los proyectos en los buscadores, hay mucha más concentración y Google tiene más control sobre lo que aparece en primera página; ni el momento, la gente demanda otro tipo de cosas... No podemos romper la forma en la que se innova y debemos procurar de que los elementos mínimos con los que se hace la innovación estén ahí. No pedir permiso, tener un ecosistema mucho más abierto y un apoyo al emprendedor mucho más cañero.
Hay cosas que tú las tienes que descubrir. Eso se puede promover, decir que ese camino existe y que tiren por allí, a ver qué encuentran. Ese punto es muy importante, y a partir de ahí ya no tienes ningún control sobre lo que va a pasar.
Respecto a Málaga, no es que ahora sea más difícil, es que podría haber sido mucho más fácil. Sería un trabajo mucho más activo para que la primera idea de los jóvenes no sea opositar. Si hace 10 años se hubiera hecho ese trabajo activo, ahora en vez de haber 7 u 8 compañías pioneros y líderes en todo el mundo en su sector, a lo mejor habría 15 o 20. Es un coste de oportunidad. No digo que sea tremendamente difícil, podemos hacer cosas, pero podríamos haberlo hecho de otra forma.
Yo creo que ahora con Bernardo (Quintero, fundador de VirusTotal), que es muy activo en este tema, y (Joaquín) Cuenca, que es un tío súper inteligente y que también está muy volcado, sí está llegando más. Estamos haciendo más cosas que vertebran, que dan la sensación de que no lo estamos dejando todo a la suerte. Ten en cuenta que nosotros ya somos ganadores. Todo lo que hago a partir de ahora ya es por los que vienen. No tendría ningún problema con coger, afincar nuestra compañía en Estados Unidos y tener una visión menos comprometida. Pero precisamente porque hemos nacido aquí, queremos devolverle a Málaga lo que nos dado y las oportunidades que nos ha ofrecido. Es importante pensar en la gente que viene por detrás.
Vosotros habéis pegado un acelerón últimamente muy importante en esa involucración con el ecosistema, haciendo cosas muy chulas con Kaiju. Es uno de los verticales que Málaga pretende asentar, el relacionado con los videojuegos. ¿Cómo estáis encontrando esa parcelita?
Es curioso, porque en FreakCon [el evento de cultura popular organizado por Kaiju] más de la mitad de la gente eran chicas. Se aproximaban a la tecnología desde enfoque del cómic, el cosplay o los videojuegos asiáticos. Este año es el primero que estamos haciendo cosas para este tipo de grupos. Eso, mezclado con que realizamos un trabajo de discriminación positiva y apoyo total de la incorporación de la mujer, nos está enriqueciendo muchísimo.
Tú piensa que menos del 20% de nuestros 130 millones de usuarios únicos son españoles. Tiene muy poco sentido para mí cualquier evento que, aunque sea líder en España, tiene un impacto mínimo. Nosotros estamos sobre todo en Asia, en Estados Unidos, en países emergentes como México o Brasil. Para nosotros, es una experiencia totalmente diferente que hemos probado este año y ha sido buenísima, porque los hermanos Ramos son unos máquinas y están haciendo cosas súper interesantes. Hemos conseguido conectarlo además con estas empresas que ya son líderes en el mundo y trabajan con nosotros; Genshin Impact, por ejemplo.
Hemos encontrado ese nexo común entre el tema del talento femenino, buscar un espectro distinto de usuarios, colaborar con lo que está pasando en Málaga y hacer que la ciudad sea mucho más vibrante... Ha sido una mezcla que va a tener un recorrido brutal. Yo no conocía el proyecto de los hermanos Ramos y ha sido una alegría. Hemos encontrado una conexión súper potente.