Después de realizar una compra por Internet, aparece un botón. Con un solo clic, puedes crear tu propia minitienda con tus productos favoritos de esa marca. Si alguno de tus amigos o seguidores compra algunos de los artículos desde tu recién creada plataforma, se llevará un descuento, tú te ganas una pequeña recompensa económica y la marca suma un nuevo cliente probablemente afin. Win-win-win.
Ese es el planteamiento de la startup malagueña Cruwi, una empresa tecnológica emergente que ha sido la última en sumar una inversión de 150.000 euros a través del fondo de la inversora de talento Demium.
"Hoy día, el consumidor tiene mucho poder a la hora de decidir donde comprar. Un gran porcentaje estamos influenciados por nuestros propios amigos, familiares y sus recomendaciones. La marca sabe que el consumidor tiene mucho poder, pero todavía no hay una manera de relacionarse y colaborar con ese cliente que te recomienda y ama tu producto para convertirlo en embajador", explica en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga el CEO de Cruwi, Amrit Baxani, que subraya que en el mercado "hay herramientas que te pueden ayudar, como dar euros por invitar a un amigo, pero no dan cercanía, comunidad y toda la experiencia".
El director de márketing o CMO de la compañía, Alejandro Frías, completa el trío de fundadores con el director de tecnología o CTO, Andreas Rutjens. "Damos la posibilidad a cualquier persona de monetizar su influencia. Con esto, puedes monetizar tus recomendaciones de un manera bonito y como una experiencia", defiende Frías. Desde su perspectiva, Cruwi se diferencia de otros sistemas de referidos en que "en ellos tienes que crearte una cuenta y asociar un método de pago", mientras que ellos lo simplifican a un mero clic.
"A la marca le interesa ofrecer Cruwi porque gana más ventas, pero sobre todo se apoya en la comunidad. En vez de meter dinero a anuncios a Facebook cada vez más caros, dáselo a ese cliente tuyo que te compra asiduamente a través de una colaboración", propone Amrit Baxani.
Además, es la propia marca la que establece cuánta recompensa quiere darle a su embajador y cuánto descuento al consumidor que atraiga a través de su minitienda. "La experiencia de la compra se gamifica, es como un juego. Si en X días no hay ventas, se quita ese descuento", explica Baxani.
Así, cada mini-tienda que se crea por primera vez tiene un tiempo de expiración de 15 días si no provoca ninguna transacción. "Cada vez que un producto genera un venta, ese tiempo aumenta. El descuento, igualmente, va incrementando. Cuando configura la campaña, la tienda elige un descuento mínimo y un descuento máximo. El mínimo es el primero que se muestra y, cuando tú más vendes, más se aumenta el descuento", desarrolla Alejandro Frías.
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El propio CMO de la compañía justifica que su trayectoria es un tanto peculiar en comparación a otras startups nacidas en Demium. A finales de julio, recibieron el "sí" del fondo de inversión... a un proyecto con un enfoque e incluso nombre distinto. "También iba de comercio electrónico, pero no traccionaba. Te permitía compartir tu hucha de ahorro con amigos, si era tu cumpleaños o así", relata Frías.
"Con los datos y las conclusiones que teníamos, decidimos pivotar a Cruwi desde septiembre de este año", señala el director de márketing. Su previsión es lanzar el producto al mercado a finales de este mes, pero de forma progresiva: de dos en dos marcas.
Los 150.000 euros de su ronda presemilla los dedicarán a finalizar ese desarrollo de producto y sumarle nuevas funcionalidades. Todo esto, desde las nuevos brotes verdes de la Málaga tecnológica, pero sin dejar de mirar otros lugares: "Para empezar y fases presemilla, Málaga es lo mejor; pero quizás para la fase semilla, que necesitas más financiación, vemos que la gente se va por ejemplo a Valencia. En los próximos años, doy por descontado que Málaga tendrá esa capacidad también", reflexiona Amrit Baxani.