La startup malagueña InkUp nació en 2022 con un objetivo entre ceja y ceja: digitalizar el sector del tatuaje, que en gran parte sigue gestionándose a través de mensajes a un número de teléfono sobresaturado. "El profesional recibe muchas consultas a través de Whatsapp y tiene una problemática brutal: cómo organizo estas comunicaciones con mis clientes, porque no me da la vida", explica el CEO de la compañía, Carlos Núñez, en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga. Más de dos años después de su nacimiento, esta tecnológica emergente ya ha ido más allá: nuevos sectores, nuevos países, nuevos retos.
"Si tú le escribes ahora a un tatuador medio qué de Huelin, te va a llegar un mensaje automático diciéndote que, debido a la alta demanda que tiene, no va a poder responder hasta dentro de 5-7 días. Esa espera solo para saber cuánto vale mi tatuaje es una brutalidad. Imagínate la pérdida de clientes que puede suponerles", explica Núñez.
Su planteamiento es trascender ese sector: "Existen cientos de empresas que desarrollan bots [la inteligencia artificial que, en su caso, gestiona esas citas con el tatuador], pero tienen como objetivo ayudar a corporaciones grandes y medianas. Hay una brecha súper interesante con las pequeñas empresas o simplemente profesionales a los que los clientes les abruman todo el día a Whatsapps. Ese fue nuestro punto de inflexión. Nos preguntamos cómo podíamos democratizar esta tecnología de los bots para cualquier negocio".
Esa es, actualmente, su visión: quieren que "crear un asistente para cualquier negocio" sea "tan sencillo como crear un enlace web". Cerraron una ronda de inversión en 2022, estuvieron al siguiente año centrados en hacer consultoría y desarrollar producto, y terminaron planteándose ese nuevo salto de magnitud: ya conocen muy bien el sector del tatuaje, ahora toca también otro tipo de sectores.
En abril de 2023, durante su estancia en el programa de aceleración de Lanzadera, publicaron finalmente una última versión del producto, con todos sus aprendizajes incorporados. "Este año pasado lo dedicamos al sector del tatuaje, piercings y parte del sector belleza. El objetivo era empezar con la gente más referente, ir a por los mayores embajadores del sector y así dominar", plantea el CEO de InkUp. La respuesta del mercado ha estado a la altura.
"En cuestión de menos de 10 meses hemos gestionado más de 20.000 consultas. Trabajamos con artistas, estudios y negocios de más de 20 países; tenemos clientes importantes con negocios en Suiza, Miami, Colombia, México… Una cantidad de sitios brutal", cuenta Carlos Núñez: "En el sector del tatuaje hay un océano azul muy claro, hay muy pocos competidores. Somos el único software que hace exactamente lo que nosotros estamos haciendo. Eso nos permite avanzar de forma muy rápida".
Para este 2023, su hoja de ruta pasa por cerrar una pequeña ronda de inversión y "poner mucho foco en la parte de producto a nivel de gamificación, además de hacer un proceso de registro mucho más sencillo". El capital riesgo que buscan les servirá para "tener algo de empuje lo que queda de los primeros cuatrimestres del 2024" y para que, complementado con la línea de financiación de la empresa pública ENISA, logren "un empaque económico interesante". "Luego, a finales de año y principios del 2025, el objetivo es ya montar una ronda en condiciones", adelanta Núñez.