José María García Urbano (Coín, Málaga, 1961) es el alcalde con el mayor porcentaje de votos de España. En las elecciones de 2019 se llevó siete de cada diez papeletas y tiene a 21 de 25 concejales en el Ayuntamiento de Estepona.
Desde entonces, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y miembros del PP, le colgaron la etiqueta de sucesor a la alcaldía en la capital: "Mi sitio está en Estepona", ha respondido en esta entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga. Rehúye o aplaza el debate hasta saber qué va a ser del regidor de la capital. Mientras, García Urbano afianza su imagen de gestor.
Llegó en 2011 con un Ayuntamiento a punto de colapsar, con el caso Astapa salpicando la anterior gestión socialista e hiriendo casi de muerte la reputación y las cuentas del Consistorio de Estepona. Después de una década al mando, Estepona ha rebajado su deuda y ha mejorado su imagen de puertas hacia fuera.
En las últimas semanas, sin embargo, ha tenido que enfrentarse al toque de queda al dispararse los contagios por Covid-19. En EL ESPAÑOL de Málaga hablamos de este y otros temas con García Urbano.
Este es su tercer mandato en Estepona. En las últimas elecciones obtuvo un 70% de los votos y eso le ha valido muchos elogios (tanto de fuera como de dentro del PP). ¿Le han propuesto algún cambio?
Mi sitio está en Estepona, mis vecinos lo saben y mientras ellos quieran y yo me vea con la ilusión, mi sitio está aquí.
Estepona ha pasado de ser una jaula de grillos hace menos de una década a convertirse en un oasis de tranquilidad política. ¿Qué papel ha jugado usted en esta normalización?
Yo llegué en 2011 y mis vecinos me apoyaron con un 48% de los votos, la segunda con un 60% y la tercera con un 70%. Yo planteé un modelo de ciudad que consistía -además de la mejora de la calidad de vida y la prestación de servicios- en el control austero y responsable de los recursos económicos de la ciudad. Bajé la deuda de 300 a 80 millones de euros. El pago a proveedores estaba en 1.492 días y ahora es de diez. Esto sin olvidar un proceso de inversión en equipamiento de 1.300 millones.
En 2011 la ciudad estaba completamente abandonada, el Ayuntamiento a punto de colapsar, con facturas en los cajones por valor de treinta y cinco millones de euros, sentencias civiles sin contabilidad y sin pagar de 55 millones, a la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria se le debían 70 millones, la empresa de recogida de basuras llevaba 30 meses sin cobrar y amenazando con abandonar el servicio, la de suministro eléctrico, quince… Era un desastre. Tuvimos que hacer un gran esfuerzo de acción global de gobierno y hemos convertido el Ayuntamiento en una institución que genera confianza, da servicio al ciudadano, ha generado normalidad institucional y atrae inversores; el cambio es total.
Incidencia de la Covid-19
Marbella y Estepona dieron que hablar durante el ecuador del verano. Sus tasas de contagios por Covid-19 eran tan elevadas que superaron los límites previstos por la Junta de Andalucía para proponer y llevar a efecto el toque de queda.
¿Le preocuparon los datos de contagios? ¿Qué supuso el toque de queda para Estepona?
Los datos han sido muy parecidos en todas las zonas turísticas de España. Cuando se computa la incidencia sobre una población de 75.000 personas, pero la población real es de 170.000 el resultado puede ser distorsionador.
El toque de queda fue de 2 a 7 de la mañana y, realmente, no tuvo ningún tipo de incidencia. Cuando digo ninguno es ninguno, teniendo en cuenta que las limitaciones ya estaban previamente establecidas a esa hora. Sí tengo que resaltar el buen comportamiento de la gente en Estepona y el cumplimiento de las medidas. No desperdicio ninguna ocasión para resaltar ese comportamiento ejemplar.
Aún así, la ocupación hotelera ha sido alta durante casi todo el verano, ¿es Estepona un destino turístico a prueba de todo?
En Estepona hemos estado por encima del 85% en muchos momentos, La ocupación hotelera, siendo un dato relevante, no es un dato determinante para saber el nivel de ocupación de la zona, toda vez que tenemos un parque residencial de segundas residencias de unas 20.000 viviendas además de apartamentos turísticos. Eso hace que para calcular la ocupación de la localidad el dato de ocupación hotelera, por sí solo, no sea relevante.
Preferimos calcular ese nivel de ocupación midiendo la recogida de residuos, que es lo que nos dice que en Estepona hay 2,5 veces más personas que las empadronadas.
Lo bueno de la marca es que está muy bien posicionada como marca turística. Estepona, por méritos propios y por su singularidad se mantiene como un destino internacional reconocido. En los últimos diez años ha dado un gran salto adelante y eso ha hecho que tanto los inversores como aquellos que buscan tranquilidad hayan encontrado en Estepona un lugar de calidad.
Tanto Marbella como Estepona se han visto aquejadas de ese aumento de población y, por tanto, de esa medición distorsionada, como decía, de las estadísticas. ¿Hay alguna forma de que esto no vuelva a suceder?
Confiemos en que la pandemia empiece a remitir de manera real. En Estepona el nivel de vacunación ya ha pasado del 80% y eso hace que los niveles de incidencia sean muy bajos. Lo que tenemos que duplicar en esta zona son las infraestructuras. Aquí lo que tenemos es una carencia de infraestructuras estatales: la antigua N-340, la actual A-7, no da más de sí y necesitamos con mucha urgencia una inversión en infraestructura ferroviaria.
La Costa del Sol es y va a seguir siendo un lugar muy atractivo. Ofrecemos globalmente muchos atractivos para vivir todo el año, para el teletrabajo y para la nueva economía que va surgiendo. Lo que tenemos es que acompasar el crecimiento demográfico con las infraestructuras, especialmente tenemos esa carencia del tren. Hay que unir por ferrocarril la estación del AVE con Estepona y Marbella. También con Algeciras. Es un tema de consideración política que tiene un coste no pequeño, pero es una decisión política. El Estado está decidiendo realizar inversiones en infraestructuras en otras partes del país y no aquí.
Hay que unir por ferrocarril la estación del AVE con Estepona y Marbella. También con Algeciras.
Tal y como se ha desarrollado urbanísticamente la zona, pensar en un tren en superficie se antoja económicamente irrealizable… ¿Es viable?
No tengo ninguna duda de que hay varias opciones. En la época de Ana Pastor como ministra de Fomento, se llegaron a establecer hasta cinco posibilidades de recorrido. Pero es que además existe la posibilidad de hacer un tren subterráneo, un metro. El ejemplo de Madrid es claro: se construyen líneas de Metro todos los años. Una sola línea, sólo una de estas se corresponde con la distancia de Fuengirola a Estepona y el coste no sería superior a ese que se da en Madrid. Es cuestión de voluntad política. Ojalá algún día, algún gobierno no se olvide de la Costa del Sol.
En la cuestión sanitaria, en este curso político el hospital de Estepona comenzaba a trabajar. ¿Cómo valora el proceso hasta la apertura?
Sobre el hospital hay que destacar que el PSOE lo prometió durante diez años y no lo hizo. La actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, llegó a venir en 2007 y puso la primera piedra. Anunció que se construiría de forma inmediata y se terminaría en 2009. Es una promesa incumplida y un engaño a los ciudadanos de Estepona.
En segundo lugar, la Junta de Andalucía, con la presidencia de Juanma Moreno, tenía planificado que el hospital empezara a funcionar en 2021. Lo tenía previsto de manera sucesiva: consultas externas primero y luego hospitalización y cirugía. El Gobierno actual ha comprometido que a final de año estará abierto al 100%.
Estepona se está convirtiendo en un eje cultural de la Costa del Sol, ¿en qué situación se encuentra el proyecto del Faro de la Avenida de España?
El proyecto está presentado en el Ayuntamiento pendiente de información por el Consorcio de Bomberos. Estamos hablando de un proyecto estratégico para la ciudad que complementa el trabajo que hemos hecho durante diez años. Durante diez años hemos construido lo que nos gusta llamar El jardín de la Costa del Sol y este equipamiento es el complemento porque extiende el jardín hasta el mar. Es un equipamiento público con biblioteca, conservatorio y un espacio expositivo interesante, además de otros 12.000 metros cuadrados de área peatonal, que si los unimos a los dieciocho kilómetros de calles peatonales, podemos decir que Estepona en proporción a su población es de las ciudades de España con más espacio para el peatón.
Hace unos días registraban la huella de carbono del Ayuntamiento. Hay una parte del PP andaluz que parece estar acercándose a los postulados ecologistas: el caso más claro es el presidente andaluz, Juanma Moreno y la Revolución Verde ¿Hay espacio ideológico por conquistar para el PP o el centroderecha?
El PP ha tenido siempre sensibilidad con todos los temas sociales y, en concreto en Estepona, hemos apostado siempre por una ciudad sostenible. Cuando digo que en diez años hemos peatonalizados dieciocho kilómetros de calle y hemos construido una senda de veinte kilómetros de litoral para poder ir andando o en bicicleta, hemos duplicado el número de áreas verdes… cuando hacemos esto creamos una ciudad sostenible y con calidad de vida. Desde que soy alcalde he tenido claro que la calidad de vida es un factor primordial para Estepona.
Desde que soy alcalde he tenido claro que la calidad de vida es un factor primordial para Estepona
En la última entrevista concedida a EL ESPAÑOL de Málaga por el actual alcalde de Málaga, dio a entender que, como poco, se está pensando seguir. ¿Un alcalde debe tener limitación de mandatos?
Con carácter general, mientras los alcaldes se sientan bien, fuertes y los ciudadanos lo quieran, la continuidad de un equipo de gobierno es lo que garantiza la continuidad de un modelo de ciudad. En el caso concreto de Paco de la Torre, es sin duda uno de los grandes alcaldes de España, tiene en su haber una magnífica gestión y ha conseguido situar a Málaga como referente nacional e internacional. De la Torre pasará a la historia como uno de los grandes personajes del siglo XXI.