El comercio local ha sido uno de los sectores más perjudicados durante la pandemia. Ya antes de la crisis sanitaria se enfrentaba a grandes retos como su orientación al mercado online y luchaba contra grandes superficies y gigantes del comercio online (que operan hasta en domingo). Sin embargo, si algo bueno ha tenido el virus ha sido que nos ha permitido descubrir las bondades de estos comercios a raíz de las restricciones de movilidad.
American Express ha elaborado un estudio donde analiza el impacto desde la crisis en los hábitos de consumo de los malagueños, con foco en el comercio local, tanto desde la perspectiva de los consumidores como de los empresarios. "La pandemia ha impactado con fuerza en el comercio minorista, especialmente en los establecimientos físicos, que han observado como las restricciones han limitado su volumen de negocio y actividad", aseguran desde la entidad financiera.
El estudio da cuenta del buen ánimo con el que los comerciantes malagueños se enfrentan al futuro. "Son de los más optimistas, después de los valencianos, en cuanto a sus previsiones económicas de cara a los próximos seis meses", señalan en su comunicado donde dicen que un 51,9% de los empresarios entrevistados cree que sus niveles de ventas volverán a niveles pre-covid en 2022.
Apoyo
Un 41% de malagueños opina que el papel que han tenido los comercios de proximidad estos meses ha sido muy importante, y un 38,4% opina que el rol de estos lugares para dinamizar, vertebrar y dar vida a los vecindarios es imprescindible, la proporción más alta de todas las ciudades españolas analizadas.
Estas opiniones se han materializado en una percepción compartida de apoyo por parte de los empresarios locales a sus negocios: un 68% de los comerciantes malagueños se sienten orgullosos por cómo su comunidad se está uniendo para apoyar a los comercios locales, y es que factores como la cercanía, el trato, la personalización y la comodidad son claves para los clientes malagueños y han marcado la diferencia.
Un 14,1% de empresarios malagueños opina que los vecinos han apoyado mucho al comercio local, un hecho que se refleja en el mayor incremento medio del ticket de compra mensual en estos comercios desde que empezó la pandemia, con una subida del 51,8%. El ticket medio prepandemia ascendía a los 183 euros, mientras que durante la crisis alcanzó los 278. "Este incremento es el mayor de todas las ciudades españolas analizadas", confirma American Express.
El aumento del gasto no solo se ha hecho notar en el comercio de bienes y productos, sino también en la hostelería. Un clima favorable, junto a las recomendaciones sanitarias de consumir en exteriores, ha provocado que un nada desdeñable 42,7% de consumidores opte por el consumo en terraza al acudir a un restaurante.
La digitalización
Las diferentes medidas tomadas en cada momento de la pandemia por las autoridades han dado lugar a diferentes niveles de adaptación por parte de comerciantes y consumidores en su operativa diaria. Los malagueños han sido los que más han abierto y cerrado por decisión propia en relación con otras regiones españolas.
Las medidas específicas tomadas para impulsar el negocio en los meses de restricciones también han protagonizado los cambios más destacados. Los malagueños y los sevillanos han sido los que en mayor proporción han instaurado nuevos horarios y creación de página web para salir con éxito de la situación.
Esto responde a que, por parte de los consumidores, tener una página web es una de las medidas con mayor impacto para que un negocio local funcione. Además, en Málaga es donde ha habido un mayor incremento de comercios de proximidad que han empezado a utilizar redes sociales para impulsar sus iniciativas de marketing post-pandemia (un 9,6%).
La digitalización no solo comprende las acciones de marketing, sino que se incorpora a toda la experiencia de compra, y en este sentido, los malagueños son los que están a la vanguardia en pagos digitales, utilizando en mayor proporción las tarjetas virtuales, un 5,9%, por encima de la media. Aun así, la tarjeta de débito sigue siendo el método de pago más utilizado en proporción a los gastos realizados en un mes, en línea con la tendencia general de reducción de uso del efectivo en favor de los pagos con tarjeta o contactless.