Usted tiene una vinculación estrecha con Málaga. El papel de su padre fue importante en la arquitectura de la Costa del Sol y en la capital. ¿Es consciente del valor que tiene para la sociedad malagueña el que el tercer hospital se convierta en una realidad?
Soy superconsciente. Primero porque sigo las noticias de Málaga frecuentemente, desde hace muchos años; es un tema del que se viene hablando mucho tiempo. Nos presentamos con mucha ilusión al concurso, hicimos un gran equipo, con amigos y socios y especialistas y tuvimos una magnífica calificación en nuestra oferta técnica. Nos hemos tomado el tema con gran entusiasmo.
La presentación con el presidente dejando las cosas muy claras, insistiendo en que esto ya no tiene marcha atrás, hace que nos quedemos tremendamente satisfechos. Ha sido un proceso muy gratificante porque desde que ganamos el concurso, en todos los contactos con los técnicos del SAS han demostrado que había una concienciación muy clara de que esta vez el tema sí iba en serio y de que el hospital, en los años que sean, será una realidad.
Ya conocemos los detalles del que será el gran hospital de Málaga. Más allá de los números que rodean al equipamiento, ¿qué destacaría del edificio que han diseñado?
El edificio que hemos diseñado entre todos pretende ser además de una máquina muy eficiente, que lo tiene que ser, una máquina muy amable, porque la atención hospitalaria cada vez demanda espacios más luminosos, más agradables, incorporación de vegetación a determinados espacios donde se pueda disfrutar de ella, volúmenes de interés desde el punto de vista arquitectónico... Todo esto tiene que ser un complemento de la funcionalidad y eficacia que, como el valor en la mili, se supone.
¿La pandemia de la Covid les ha condicionado de alguna manera a la hora de hacer el diseño?
Creo que sí. A todos los ciudadanos de a pie, a los arquitectos, a los sanitarios, a todos nos ha hecho reflexionar sobre muchos parámetros que estaban ahí, flotando, pero que no habían aterrizado. Lo bueno que ha tenido la pandemia es que todos estos parámetros han aterrizado en nuestras cabezas y con muy poco esfuerzo mental se pueden tomar decisiones.
Entiendo que si la Covid el tercer hospital hubiese sido de otra forma.
Bueno, posiblemente sí. Algunas cosas o decisiones se han tomado por la Covid. A lo mejor no se hubiese tomado una decisión tan rápida a nivel político, porque nos hemos dado cuenta de que hay que invertir en educación, en sanidad.
La Covid nos ha enseñado que hay que reflexionar y que hay que prepararse para las próximas situaciones. En Occidente pensábamos que estábamos inmunes. Nunca pensamos que una pandemia nos iba a afectar de una manera tan evidente y tan larga.
Teniendo en cuenta los tiempos en los que nos movemos, hablar de una inversión pública de 375 millones de euros ¿no suena a desmesurado?
Es mucho dinero, pero es cierto que hacemos el edificio más grande de Andalucía, y el hospital más importante que se haga en los próximos años en Andalucía. Es una cifra muy grande pero necesaria, porque un equipamiento de ese tipo, por las habitaciones, las áreas quirúrgicas…
Lo importante no es que sea más o menos dinero sino que se gaste bien y de manera eficaz y que se estudie adónde tiene que ir cada euro. Es una cifra que asusta un poco, pero hablamos de edificios que van a durar probablemente siglos. Hay que ver realmente lo que significa esto no sólo para la ciudad de Málaga, sino para la provincia y el resto de España.
Podemos hablar de un hospital para algunos siglos.
Evidentemente. Estoy convencido de que este hospital y este complejo durarán más de 100 años, seguro. Es un hospital de última generación, con habitaciones individuales; es poner a Málaga en la primera liga de los hospitales europeos.
Usted decía que este proyecto puede suponer un antes y un después en la arquitectura hospitalaria.
Creo que por la manera de haber enfocado el proyecto, de manera muy funcional. España tiene grandes hospitales y unos magníficos profesionales. Este va a ser un ejemplo de funcionalidad y eficacia. Vamos a conseguir un producto muy sólido.
Una de las novedades respecto a las primeras imágenes que pudimos tener es la inclusión de una doble pasarela peatonal que une el nuevo edificio con el Civil y el Materno. ¿Por qué han desarrollado esta solución? ¿Fue petición de la Junta?
Muchas veces los concursos son como una cita a ciegas. Tenemos a los técnicos trabajando pero con escaso contacto con la Administración. En el concurso no se planteó porque en el programa inicial no se planteaba.
Al ver el proyecto se vio que era sencillo y desde el propio SAS vieron que podía ser interesante una conexión con el Materno Infantil. Sobre todo para responder a posibles casos de menores que tengan que ser trasladados y que tendrían que ir en ambulancia.
Por eso se planteó una pasarela que encajaba muy bien. Y ya que se propuso esta pasarela con el Materno tenía lógica unirlo con el Civil. Esto lo que hace es reforzar la idea de que más que un hospital es un complejo hospitalario que optimiza todos los equipamientos existentes. Creo que esa idea del SAS es una magnífica solución para todos.
En su intervención, el presidente de la Junta habló de que el edificio de aparcamientos reserva espacio para unos 2.000 vehículos pero que cabría la posibilidad de ampliarlo. ¿Es así?
2.000 plazas son la dotación total, contando las que irán subterráneas y las que se establecerán en el edificio nuevo. Este edificio en altura es fundamental, porque hay que tener en cuenta que el solar actual se usa como aparcamiento.
¿Qué hacemos con esos coches cuando empiece la obra? Por eso la idea era la de construir primero un edificio de aparcamiento en altura para que esos coches se puedan establecer y acometer la obra del hospital sin problemas.
Es una secuencia de actuaciones que hay que pensar bien para que los hospitales actuales puedan funcionar. Creemos que con las plazas proyectadas es suficiente. También se habla de la posibilidad de acercar algunas bocas del Metro para que los accesos sean más sencillos.
A muchos les habrá sorprendido la inclusión de cuatro edificios de hasta 12 plantas.
Todo edificio es hijo de sus condiciones. Aquí tenemos un solar, un programa que cumplir, un número de camas, pero creo que el equilibrio de las alturas está bien. Ocho plantas de hospitalización más las áreas quirúrgicas y las plantas más generales están bien.
Haber ido a un edificio más horizontal, con menos alturas, no hubiese sido posible porque no tenemos espacios y además las circulaciones horizontales penalizan mucho. Piense que subir en un ascensor con unas camillas es algo sencillo. Ese equilibrio entre circulación vertical y horizontal en este caso está muy conseguido.
Imagino que una de las cuestiones que han tenido en cuenta en la UTE ganadora del concurso son relaciones con la movilidad del entorno. ¿Puede convertirse en un escollo para el futuro del centro o queda resuelta?
Hemos tenido la participación de ARCS en la UTE, con José Alba, de una gran experiencia en los asuntos de movilidad en la ciudad. Nadie mejor que él para haber colaborado. Son cuestiones fundamentales para tener en cuenta desde el primer momento. No sólo por la movilidad viaria, sino también peatonal. Todo esto se ha estudiado y se va a estudiar de manera conveniente. Aunque lo que se presentó es un anteproyecto muy avanzado ahora hay que desarrollarlo en proyecto constructivo. Pero ese es un tema capital que hay que resolver bien.