El Ayuntamiento de Málaga quiere empezar a mover sus piezas inmobiliarias en el actual mercado de oficinas. Y ello en un momento en el que los expertos advierten del problema al que se enfrenta la capital de la Costa del Sol por la ausencia de una oferta suficiente con la que responder a la creciente demanda de empresas por asentarse en la urbe.
Las anunciadas llegadas de Google, con su centro de ciberseguridad al Paseo de la Farola, y de Vodafone, a un espacio aún por determinar, no sólo han confirmado el atractivo de la ciudad, sino que lo han incrementado de manera sustancial.
En este escenario, el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, la intención es activar en los próximos meses varias operaciones de venta de suelo con las que paliar parcialmente la necesidad existente.
De entre todas, por su dimensión, destaca la de los antiguos terrenos de Repsol, por los que existe interés cierto de casi una veintena de fondos de inversión y empresas. Un interés que va a hacer que Urbanismo publique antes de final de año la subasta pública de los diferentes aprovechamientos de titularidad municipal (de acuerdo con el proyecto de reparcelación).
Aunque el protagonismo principal recae en las tres torres de uso residencial (b+28, b+30 y b+32), con capacidad para 502 viviendas de renta libre, otra pieza relevante es el gran zócalo de uso comercial-terciario, con 25.244 metros cuadrados.
Y es justamente en este espacio en el que pone su atención el Consistorio. "Es probable que en el pliego de condiciones que rija la venta de este suelo se dé prioridad a las oficinas", ha admitido López.
La opción que pierde fuerza es la idea que llegó a manejar el alcalde, Francisco de la Torre, de destinar buena parte del techo residencial a oficinas, configurando de este modo sobre este sector una especie de city financiera.
Sobre el particular, el concejal no ha descartado la posibilidad de que en algunas de las torres haya oficinas, pero ha admitido que los propios inversores interesados vienen apuntando que "la mezcla de usos no suele funcionar; al ser productos diferentes requieren gestiones diferentes".
A Repsol hay que sumar ahora la apuesta municipal por impulsar la venta de otros 8.593 metros cuadrados de techo en el sector Torre del Río, donde ya se levantan tres edificios de 21 plantas diseñados por el arquitecto Carlos Lamela.
El detalle a tener en consideración es que inicialmente esta reserva, asignada al Consistorio, estaba prevista para uso hotelero. Sin embargo, el comportamiento del mercado hace que el equipo de gobierno cambie de planes.
"La pastilla que tenemos como hotelera la sacaremos como terciario", confirma López, quien reconoce el efecto positivo de la venta del solar situado junto a Tabacalera. Un terreno sobre el que se proyecta un edificio de oficinas de unos 9.000 metros de techo y que fue adquirido meses atrás por Insur por algo más de 8 millones de euros.
Antes de poner en marcha el procedimiento, reconoce su intención de aprovechar el mes de septiembre para mantener reuniones con algunos de los grupos inversores que se han interesado por este desarrollo, localizado en la zona oeste del paseo marítimo. En función del resultado de esos encuentros, el propósito es claro: salir al mercado.
Una tercera localización estratégica en esta especie de mapa de oportunidades de oficina se sitúa en Martiricos, junto a la parcela sobre la que el fondo alemán Aquila, a través de AQ Acentor, construye dos grandes torres de 30 plantas de altura. En este caso, existe un proindiviso del Ayuntamiento junto a Espacio Medina, con un techo de unos 10.000 metros cuadrados. La operación queda pendiente del acuerdo final.
De menor dimensión son los espacios que el Ayuntamiento tiene en el edificio Eurocom, que meses atrás fue objeto de un fallido concurso para alquilarlas, y las antiguas oficinas de Gestrisam en la calle Cuarteles. En el primero de los casos, el concejal habla de que en breve se formalizará una adjudicación directa a una empresa.
Tomando como referencia estos números, el Ayuntamiento parece estar en disposición de poner en el mercado de manera más o menos inmediata una reserva de entre 30.000 y 40.000 metros cuadrados de suelo para oficinas. Una superficie que supera con creces los 26.500 metros del complejo proyectado por el Puerto en Muelle Heredia.