El Ayuntamiento de Málaga empieza a aumentar la presión sobre la hostelería. Frente a la permisividad y la "flexibilidad" que ha venido marcando la acción municipal durante buena parte de la pandemia, permitiendo en muchos casos la superación de los límites establecidos en la ocupación de calles y plazas, el área de Comercio afronta una nueva etapa de mayor vigilancia y control.
O eso parece. Según los datos facilitados por el área a EL ESPAÑOL de Málaga, en las dos últimas semanas los técnicos de inspección han incoado 65 expedientes contra establecimientos de Teatinos, Centro, Miraflores y El Palo, principalmente, por vulnerar la ordenanza que regula esta actividad.
A los apercibimientos ya habituales en este tipo de acciones y el cobro por parte de Gestrisam de los excesos detectados, hay que sumar una medida mucho más contundente: la retirada del mobiliario. Esta es la determinación aplicada en una decena de bares y restaurantes, los más rebeldes con la normativa, según ha precisado la concejala, Elisa Pérez de Siles.
En estos supuestos, la edil precisa que la medida se mantiene en vigor hasta que los titulares de esos establecimientos no tramiten las autorizaciones de terraza, en los casos en los que no dispusieran de ellas, y los excesos de ocupación (hasta los límites de las zonas ocupadas).
"La mejora de los datos sanitarios y la reducción de las restricciones hace que en el área entendamos que ya no hay argumentos para ser flexibles, sobre todo en los casos en los que de manera reiterada se observan incumplimientos reincidentes", ha afirmado la edil.
Hasta este momento, de acuerdo con su tesis, la posición del equipo de gobierno ha sido la de facilitar la reactivación de un sector claramente mermado por la crisis de la Covid.
Ahora, cuando la quinta ola parece doblegada y la Administración regional eleva los niveles de aforo de estos negocios, el Consistorio empieza a dibujar una nueva hoja de ruta menos contemplativa con las terrazas de los bares y restaurantes.
"Hay que empezar a recuperar la normalidad en las superficies y recuperar algunos espacios"
En este sentido, Pérez de Siles habla de la necesidad de empezar a abordar con el sector y con la principal asociación, Mahos, "el tema de la ampliación de ocupación por tema Covid". "Hay que empezar a recuperar la normalidad en las superficies y recuperar algunos espacios; los vecinos han sido permisivos, porque eran sensibles con el sector, pero esa permisividad se está acabando", ha señalado.
En este nuevo escenario de intervención municipal, hay que destacar el caso del mercado de Atarazanas. Una zona objeto de numerosas quejas por parte de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo en las últimas semanas, dada la proliferación de mesas y sillas en el espacio ganado tras la peatonalización de Guillén de Castro.
Se trata de ocupaciones autorizadas por Comercio en la idea de reducir la presencia de terrazas en la fachada principal del zoco, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, el departamento municipal ha tenido que reaccionar tras detectar incumplimientos claros por parte de algunos de los negocios.
No sólo por exceder el número de mesas, sino por emplear un mobiliario que se considera inadecuado por la propia naturaleza del mercado. "La medida se adoptó con unas ciertas condiciones, entre ellas que el mobiliario no fuese el habitual de las marcas de bebidas", explica Pérez de Siles.
Pese a la buena voluntad municipal, son varias las inspecciones que ha tenido que realizar el área para solventar ocupaciones claras. "Hemos verificado que hay algunos que incumplen, en términos de ocupación y con el mobiliario", afirma la concejala. Ante esta situación, la edil es contundente y abre la puerta a la revocación de las autorizaciones de terraza para aquellos establecimientos que vulneran la normativa.