El plan diseñado por el Ayuntamiento de Málaga para ordenar las terrazas de los negocios de hostelería localizados en la Alameda Principal se abre a debate. O al menos así lo quieren los empresarios de la zona. El presidente de Mahos, Javier Frutos, ha confirmado a EL ESPAÑOL de Málaga el interés por revisar ciertos aspectos de la normativa que se aplica a esta zona del Centro urbano.
Aunque no ha hablado de ampliar las superficies de ocupación de la vía pública, sí ha apuntado la necesidad de flexibilizar el tipo de mesas y sillas que se puede instalar dentro de la zona autorizada. "Lo que se pide es que se puedan poner mesas y sillas de diferente tipología y que no esté encorsetado el aprovechamiento a mesas de 0,8x0,8", ha explicado.
De manera precisa, ha aludido al caso de una heladería existente en la Alameda. Un negocio que, conforme al vigente plan, ha de colocar mesas de unas determinadas dimensiones. Sin embargo, Frutos señala que probablemente lo que le interese es tener un mayor número de mesas pero de menor tamaño.
"Entendemos que lo que se tiene que respetar es la mancha de la terraza, con independencia de que haya cuatro o seis meses; no es tanto aumentar la superficie como que se pueda ocupar de manera independiente, ajustándose a lo que cada empresario vea mejor para su negocio", ha insistido el presidente de la principal asociación de hosteleros de Málaga.
En este escenario, la intención de Mahos es continuar el diálogo con el Ayuntamiento, al objeto de encontrar un punto de entendimiento. "Vamos a tratar de que el plan de sea lo mejor posible, pero guardando el equilibrio”, asegura. Y en esta misma línea parece estar el equipo de gobierno.
Ambas partes tienen prevista una próxima reunión para analizar esta cuestión. "De partida lo que podemos decir es que nos vamos a sentar y vamos a ver las cuestiones, pero sin incumplir el documento que se incorporó al proyecto y que sirvió de base al plan de aprovechamiento", señala la concejala de Comercio, Elisa Pérez de Siles.
La vigencia del plan de aprovechamiento de la Alameda data de mediados de 2019. El objetivo del mismo era evitar, coincidiendo con la reurbanización y peatonalización de los laterales de la calle, la proliferación de los negocios de hostelería y un exceso de ocupación de las aceras. En este sentido, el documento dibuja hasta 40 puntos para la instalación de terrazas a lo largo de los laterales norte y sur de la Alameda.
Entre las obligaciones que han de cumplir los hosteleros se encuentra la delimitación de una serie de cuadrículas de poco menos de 13 metros cuadrados de superficie a las que deben adaptarse las ocupaciones en el exterior.
En las mismas, de 3,6x3,6 metros, se permite una densidad máxima de cuatro mesas (de 0,80x0,80) y 16 sillas. Esta superficie es algo superior si se incluye la implantación de dos sombrillas en los laterales, también de diseño establecido. Asimismo, se subraya la necesidad de que las terrazas estén separadas de la fachada al menos en 1,8 metros, liberando ese espacio para el tránsito del peatón.
Tomando como referencia las dimensiones máximas permitidas, la superficie global que puede ser ocupada por terrazas en la Alameda roza los 520 metros cuadrados, lo que equivale a poco más de 2,4% de los cerca de 21.000 metros cuadrados de espacio peatonal que se genera con el proyecto de semipeatonalización.