El litoral oeste de Málaga es epicentro del proceso de transformación urbanística y residencial en el que se encuentra instalada la capital de la Costa del Sol en los últimos años. Un espacio localizado a decenas de metros del mar, ocupado históricamente por un desarrollo industrial y donde en los próximos años se levantarán cinco torres de 21 y 23 plantas, así como más de 1.500 viviendas.
El modelo de renovación pensado hace ahora más de una década por los redactores del vigente Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) tiene ya sobre el terreno su primera plasmación en los edificios de 21 plantas diseñados por Carlos Lamela e impulsados por Metrovacesa y Sierra Blanca en el sector Torre del Río.
Una pieza inicial a la que se pretende dar continuidad con la recuperación de la parcela de la vieja central térmica de la ciudad. Allí, el fondo de inversión Ginkgo, junto a Espacio Medina, (hay que sumar al Ayuntamiento como copropietario de los aprovechamientos) se configura una operación caracterizada por su diseño, que tiene la firma del arquitecto francés François Leclercq.
Pero en esta especie de rompecabezas configurado por las pastillas de suelo localizadas más a occidente de la ciudad quedaba por activar Nereo. Una parcela sobre la que se levantan del orden de medio centenar de naves industriales, la mayoría aún con uso. Y tras años de análisis, en los que se ponía de relieve la complejidad de la iniciativa, los propietarios dan el paso.
Hace pocas semanas, el Ayuntamiento de Málaga daba luz verde a un primer instrumento, suficiente para poner el foco sobre una actuación que prevé la construcción de tres torres de 23 plantas de altura y 444 viviendas. El deseo de la Gerencia de Urbanismo pasa por concentrar toda la edificabilidad en solo dos edificaciones, que serían más altas.
Con este avance, ya es posible conocer algunos de los detalles de una las intervenciones que están llamadas a ser protagonistas del empuje residencial de la capital en los próximos años.
Atendiendo a los documentos oficiales, los promotores quieren que dos de las torres sean destinadas en exclusiva a acoger 210 viviendas (105 cada una), mientras que la tercera tendría un uso mixto. Se alude, en concreto, a que diez de las plantas de este edificio albergarán apartamentos, mientras que las restantes estarían reservadas para un hotel.
Su ubicación quedaría desplazada respecto a la fachada litoral, quedando situada en posición alineada a la prolongación de Avenida Gregorio Diego y con acceso desde ésta. La idea es que tenga una separación superior a 40 metros respecto de las torres alineadas con la calle Pacífico. Las VPO, por su parte, se contemplan en un inmueble de baja más siete plantas, que estaría localizado más al interior de la parcela.
Para dar respuesta a todos los usos previstos, entre los que destaca un importante desarrollo comercial y terciario, se pretende contar con más de 1.500 plazas de aparcamiento, la mayor parte subterráneas.
La propuesta de avance plantea dar continuidad a la Avenida de Gregorio Diego con un nuevo vial de 27,50 metros de anchura, destinando el espacio comprendido entre este vial y la sede de la Diputación Provincial a espacios libres públicos con arbolado y a equipamiento público.
De hecho, las zonas verdes se convierten en protagonistas de esta solución, al concebirse como un sistema continuo funcionalmente tanto entre los distintos espacios públicos proyectados como con los existentes fuera del sector. Así, se habla de una zona verde pública que conformará un parque entre la edificación situada en el frente marítimo, la zona de viviendas de protección oficial, el edificio comercial y la torre terciaria.
Su función será la de configurar un corredor verde, en continuidad con el previsto en Torre del Río, entre la Térmica y la Diputación; crear un parque con posibilidad de arbolado de gran porte al no haber sótanos de aparcamiento bajo su rasante; y favorecer las circulaciones tanto longitudinales como transversales.
A este elemento se añade un espacio verde peatonal norte-sur, con una anchura media de 30 metros, que proporciona permeabilidad transversal poniendo en relación el Camino de la Térmica y la zona verde prevista en su confluencia con Gregorio Diego. En el documento de avance también se alude a una zona verde pública en forma de parque lineal entre la Diputación y la prolongación de la Avenida Gregorio Diego con una anchura de unos 54 metros.