El 14 de noviembre de 2006 el Ayuntamiento de Málaga presentaba sus cuentas. Paco de la Torre ya era alcalde y su concejal de Economía y Hacienda era Carolina España, hoy diputada en el Congreso de los Diputados. 1.009 millones de euros: un presupuesto histórico que, hasta la fecha, sigue sin alcanzarse. Entonces, los 17 ediles populares aprobaron por mayoría absoluta las cuentas municipales.
Desde entonces, las bajadas en ingresos y gastos se sucedieron: en 2008 se aprobó un presupuesto de 942 millones, 4,25% menos. Entonces, Málaga y Barcelona eran las capitales con más inversión por habitante. La capital invertía 408 euros por malagueño.
En 2009, el presupuesto fue de 902,3 millones en ingresos y 901 en gastos. La partida estrella del momento fue la que dedicaba 40,5 millones a políticas sociales "para salir adelante de la crisis", según afirmó entonces España.
Disminuyeron las cuentas en más de 100 millones en 2010: 794 fue la cifra que aprobó el pleno. De ellos, 104 se dedicaron a políticas sociales y en torno a 150 se destinaron a los barrios. El descenso en ingresos se achacó, entonces, a la bajada de las transferencias desde el Gobierno central, así como una importante bajada de la recaudación de los impuestos. La crisis era un hecho.
En 2011 el PSOE se abstuvo en la votación del último pleno del año. Decía que eran unas cuentas "irreales" e infladas en momentos de crisis. El gobierno de Paco de la Torre subía en 80 millones los ingresos: 874,5 millones. Pero duró poco la alegría, ya que en 2012 el descenso era de un 15% y bajaba a 740 millones. De nuevo la oposición habló de "cuentas irreales".
En 2013, el equipo de gobierno, con María del Mar Martín como concejal de Economía, rebajaba sus cuentas hasta los 680,2 millones, dedicando sólo 50 millones al capítulo de inversiones. María Gámez, como portavoz de la oposición, criticaba que se dedicaran 70 millones a pagar deudas del pasado; por su parte, Pedro Moreno Brenes, de IU, se quejaba de que se "echaran millones" al puerto, a Tabacalera, al Thyssen o al Astoria.
Un año más tarde, en 2014, el Ayuntamiento podía aumentar ligeramente las cuentas. Apenas un 1,5% lo que situaba los ingresos en 692,6 millones. Por entonces, Gámez tachó el proyecto como "injusto socialmente e incapaz de sacar a Málaga de la crisis". En 2015 el aumento fue también mínimo, un 1,2% y se quedaba al límite de los 699 millones. Las inversiones fueron de 58 millones y destacaron los 12,09 millones destinados a vivienda para la construcción de más de 380 nuevas y la rehabilitación de edificios.
De la Torre y Cassá, PP y CS, aprobaron los 728,3 millones que sumaba el presupuesto de 2016. Se hicieron de rogar, ya que no salieron adelante hasta el pleno de marzo. En 2017 se repitió el retraso y no fue hasta la primera semana de abril cuando se aprobaron los 750 millones de las cuentas. Carlos Conde, concejal de Economía y Hacienda, explicó que los ejes eran el gasto social, Medio Ambiente y Empleo.
En 2018 los presupuestos subían a 790 millones. Destacó una subida del 22% en las inversiones, de nuevo se produjo un retraso hasta finales de abril en la votación que los aprobó. Pero los que realmente se dilataron fueron los de 2019. El año electoral no ayudó y fue en agosto cuando el pleno votó mayoritariamente por un aumento de 31 millones: 821.
Otra importante subida fue la de 2020: las cuentas sumaban 899 millones de euros en ingresos. Ahora, en 2021, cuando todo apuntaba a que la sentencia del Constitucional retrasara los cálculos por revocar el criterio del cálculo de la plusvalía, Málaga ya ha presentado sus cuentas. Queda ahora el periodo de alegaciones y conseguir la aprobación en pleno. Las cuentas son un 4% mayor que las del pasado año y siguen en ascenso, sumando 936 millones, en el camino de aquellos 1.000 que supusieron un hito en plena bonanza económica a las puertas de la gran crisis.