La Empresa Malagueña de Transportes (EMT) mira el futuro casi inmediato con el optimismo que perdió en los meses duros de la pandemia de la Covid. Tiempos aciagos en los que eran pocos los ciudadanos que se subían a sus autobuses para moverse por la ciudad. Tal fue el impacto de la crisis sanitaria, que la empresa municipal llegó a aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a su plantilla.
Pero, como para otras muchas entidades, el proceso de contención al virus ha permitido a la entidad pública mejorar de manera lenta pero segura sus parámetros. El último ejemplo son los datos de demanda del pasado octubre, en el que nuevamente fue capaz de transportar a más de tres millones de pasajeros.
Una buena nueva que, de acuerdo con las previsiones que manejan los responsables de la sociedad, tendrá su extrapolación en la parte final del año y en 2022. Una fiel confirmación de este buen augurio, siempre condicionado a la evolución de la pandemia, es lo que se plasma negro sobre blanco en el proyecto de prepuesto municipal.
Aplicando la máxima de que los números no engañan, los valores contemplados en el documento vienen a perfilar una especie de renacer de la EMT. Para el año que viene, los responsables de la empresa municipal confían en que el número de pasajeros se dispare con creces, como queda demostrado al prever unos ingresos por recaudación de casi 37,5 millones de euros.
Este concepto es resultado de la suma de lo que, a priori, pagarán los viajeros que se suban de manera ordinaria a los vehículos, con casi 27,5 millones, y de las compensaciones que aportarán las diferentes áreas municipales por la bonificación del transporte público a colectivos como el de parados o jubilados, entre otros.
Con todo, la demanda prevista para el año que viene se antoja que seguirá siendo inferior a los tiempos previos a la Covid. En concreto, estará un 10% por debajo. Esto supondría unos 42 millones de pasajeros.
El volumen económico señalado contrasta de manera evidente con el recogido en las cuentas del actual ejercicio. En el mismo se plantearon casi 22,6 millones por la recaudación de billetes y otros 7,7 millones por ayuda a colectivos. Es decir, que entre uno y otro ejercicio hay un crecimiento de unos 7,2 millones.
Y como consecuencia de la mejora en los ingresos por la explotación del servicio, se produce una reducción de las transferencias que ha de asumir el Ayuntamiento para compensar la diferencia con el valor real del funcionamiento de la empresa. Para 2022, se estiman casi 26,9 millones, frente a los 31,4 millones de 2021.
El próximo año se antoja como clave en el proceso de transformación de la empresa municipal. En las cuentas generales hay reservados unos 17 millones de euros en inversiones a desarrollar. Bien es cierto que de esta suma hay una parte importante que se espera recibir del Gobierno central, en concepto de fondos europeos.
A modo de ejemplo, estas partidas incluyen el impulso definitivo de los trabajos de adecuación de las nuevas cocheras de la EMT, que quedarán situadas en la calle Paquiro, en las proximidades del Auditorio.
El objetivo marcado es el de dotarlas de capacidad para albergar hasta 100 autobuses eléctricos y 20 puntos de recarga. El calendario manejado fija el inicio del proyecto en diciembre, previendo su finalización en octubre de 2024.
El valor total es de unos 21 millones y para el año que viene se contemplan 8,8 millones. Hay otros 4 millones previstos para la compra de autobuses eléctricos y casi 2,5 millones para la amortización de operaciones de leasing de vehículos y máquinas.