No hubo subasta. Los derechos de traspaso del mítico restaurante El Tintero, en la barriada malagueña de El Palo, siguen en posesión de su propietario después de alcanzar un acuerdo con la Seguridad Social para saldar la deuda que el establecimiento había contraído.
Así se lo ha explicado a este periódico Eduardo de la Torre Caparrós, más conocido como Nono, propietario del merendero, que ha recalcado que ya está "todo arreglado", aunque tampoco ha querido concretar los detalles concretos de dicho acuerdo.
De no haberse llegado a ese acuerdo, los derechos de traspaso de El Tintero hubieran salido a subasta el pasado miércoles 24 de noviembre a las 10:30 horas, una medida que detalló la Tesorería General de la Seguridad Social en un edicto remitido al Ayuntamiento de anuncio de subasta de bienes muebles, es decir, los derechos de traspaso.
"La subasta se suspenderá en cualquier momento anterior a la adjudicación de bienes si se hace el pago de la deuda, intereses, recargos y costas del procedimiento", señalaba el texto, que preveía por tanto la cancelación del proceso si el propietario de El Tintero saldaba el débito antes de la fecha estipulada, lo que finalmente ha ocurrido a través de un acuerdo con la Seguridad Social.
Pese a todo, antes de dicha resolución feliz, el propio Nono transmitió a EL ESPAÑOL de Málaga un mensaje de tranquilidad: "Hay deudas, pero siempre llegamos a un acuerdo", dijo en conversación telefónica. Así ha ocurrido de nuevo en esta ocasión.
El Tintero es uno de los chiringuitos -o merenderos, como se les conoce en la zona- más icónicos y reconocibles de El Palo, barriada cuna de algunos de los platos más reverenciados de la gastronomía marinera malagueña. Su particular servicio, en el cual los platos justamente se subastan a viva voz para que los clientes los pidan levantando la mano, le convierte en una parada ineludible para visitantes y locales.
No obstante, la pandemia del coronavirus y las restricciones de movilidad que ha conllevado ha castigado con dureza a muchos negocios que trabajan de cara al público y, muy especialmente, a aquellos que reciben gran parte de sus ingresos por el turismo.