Málaga

Casi cinco meses después de que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía diese luz verde a los trabajos de demolición necesarios para impulsar la construcción del bautizado como NeoAlbéniz, proyecto con el que ampliar el actual equipamiento cultural localizado junto al Teatro Romano, el Ayuntamiento de Málaga pone en marcha la operación.

La Gerencia de Urbanismo acaba de licitar el concurso para contratar las tareas de derribo de las edificaciones existentes en la parcela sobre la que se proyecta el nuevo equipamiento. El coste estimado ronda los 181.000 euros, siendo el plazo de ejecución de 4 meses. Las empresas interesadas tienen hasta el 20 de diciembre para presentar sus propuestas.

En su resolución, el ente autonómico establecía una serie de condiciones para ejecutar esta operación dada la incidencia que puede tener sobre los restos de la muralla medieval localizada en este punto.

Al tiempo, Cultura reclamó al Consistorio una actividad arqueológica consistente en un control de movimientos de tierra, incluyendo el análisis arqueológico del alzado de la medianera por la que hipotéticamente se desarrollaba la barbacana antes de la demolición. Este aval se produjo, eso sí, después de que los técnicos autonómicos obligasen a modificar las primeras versiones del proyecto de demolición. 

En la documentación técnica que sirve de base para el actual concurso, se precisa que son dos las edificaciones afectadas por la actuación. Ambas disponen de dos plantas de altura. "Las naves existentes son edificios impropios del lugar que ocupan, siendo necesaria su sustitución para recomponer el ámbito en torno a la Alcazaba y poner en valor los restos arqueológicos", destacan los técnicos municipales.

Localización de las construcciones a demoler.

Uno de los edificios se encuentra "en estado de abandono", con deficiencias en el sistema estructural tanto del forjado de planta primera como de las estructuras de cubierta; el otro, está ocupado por las oficinas de gestión del Festival de Cine Málaga, con lo que "deberá ser desalojado".

En la documentación se precisa la existencia de una memoria preliminar arqueológica en la que se concluye que tras el análisis de estructuras emergentes y la realización de 18 catas paramentales, "el único resto visible del alzado de la muralla se localiza en la esquina sur de la medianera este del edificio".

"La muralla aparece seccionada transversalmente por lo que sólo conserva un segmento de unos 0,60 metros de longitud y algo más de 7 metros de altura formando parte de la medianera este y que se puede observar claramente por el exterior del edificio actualmente exento", añade.

En cuanto a la barbacana, en la zona investigada, "se descarta que se mantenga algún resto en alzado, si bien hay que tener en cuenta que hay un sector al oeste del edificio que aún está en uso por lo que no ha podido ser estudiado". Ante esta situación, se propone como medidas correctoras, "la protección y entibado del fragmento de muralla conservado y el control arqueológico de los movimientos de tierra durante los trabajos de demolición".

La tramitación del NeoAlbéniz se viene alargando desde que la iniciativa fue presentada por el alcalde, Francisco de la Torre, a mediados de 2018. Desde los primeros meses del arranque del procedimiento, Cultura puso ciertos reparos a la iniciativa, exigiendo un proyecto preventivo de intervención arqueológica.

Superado ese primer escollo, en marzo de 2019, el ente regional validó el estudio de detalle mediante el que se ordena la nueva edificación. Este instrumento fue ratificado definitivamente a finales de ese mismo año.

Entre los objetivos que se marca el Consistorio con esta actuación está la recuperación de la falda de la Alcazaba como parque urbano, potenciar la fachada hacia la Alcazaba (actualmente tratada como trasera), así como la reconstrucción de las medianeras existentes, creando una fachada hacia la salida del túnel.

La construcción del NeoAlbéniz permitirá disponer de una ampliación de 1.554 metros cuadrados, incluyendo dos salas para proyecciones, espacios para microcontenedores culturales y la sede de la Málaga Film Offices y la administrativa del Festival de Cine. Todo ello con una inversión estimada de 2,5 millones de euros.

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