El bloqueo jurídico amenaza con tumbar definitivamente la torre del puerto de Málaga. Casi seis años después de que se iniciara la tramitación de este proyecto, el escenario en el que se asienta está sembrado de incertidumbre. Y no sólo por las dudas que genera que su construcción, con 116 metros de altura, pueda afectar al patrimonio histórico de la ciudad, sino porque el conflicto que mantienen Puertos del Estado y el Ayuntamiento de la capital acerca del modo en que ha de ponerse fin al trámite urbanístico necesario para hacerlo realidad, gana fuerza.
Pese a que el reciente dictamen del Consejo Consultivo de Andalucía, respalda la tesis fundamental del Consistorio malagueño, Puertos del Estado mantiene firme su postura inicial. "Puertos del Estado mantiene lo que ya informó; es decir, que dicho Plan especial debe ser aprobado previamente y estar vigente al tiempo del dictado del Consejo de Ministros", han respondido oficialmente desde el organismo estatal a EL ESPAÑOL de Málaga.
Conforme a la literalidad de la contestación, ante una consulta realizada por este periódico una vez conocido el fallo del Consultivo, el ente portuario recuerda lo ya expuesto de manera reiterada en estos meses. "De acuerdo con el art. 72.4 del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, el Consejo de Ministros sólo podrá levantar la prohibición para las instalaciones hoteleras en dominio público portuario si la construcción de dichas instalaciones previamente se acomoda al Plan Especial de ordenación de la zona de servicio del puerto o instrumento equivalente", relatan de manera literal.
"El Consejo de Ministros sólo podrá levantar la prohibición para las instalaciones hoteleras en dominio público portuario si la construcción de dichas instalaciones previamente se acomoda al Plan Especial de ordenación de la zona de servicio del puerto o instrumento equivalente"
Atendiendo a este planteamiento, el Ayuntamiento tendrá, primero, que aprobar de manera definitiva el ajuste urbanístico preciso, de manera que la parcela sobre la que se dibuja la torre disponga de un máximo de 45.000 metros de techo edificable, y, después, tendrá que publicar este acuerdo en los correspondientes boletines oficiales. Sólo de ese modo cobrará eficacia. Y todo ello antes de que el Consejo de Ministros decida analizar la petición de levantar la prohibición del uso hotelero que pesa hoy por hoy sobre los suelos analizados.
De acuerdo con la literalidad de la contestación, queda poco margen de maniobra para que las dos partes encuentren un punto de entendimiento. Tampoco en la Casona del Parque ven que haya muchas opciones desde el punto de vista legal, más aún después de analizar el pronunciamiento del Consultivo.
Sea como fuere, teniendo en cuenta el apoyo explícito que el alcalde, Francisco de la Torre, viene dando a la torre desde que por vez primera se puso sobre la mesa, se antoja arriesgado pensar que el regidor no buscará la manera de solventar los escollos actuales. Algo que podría pasar, tal y como él mismo insinuó días atrás, con el reinicio del procedimiento de la modificación del plan del puerto.
Menos contundente ha sido estos días el presidente del Puerto, Carlos Rubio, quien si bien ha recordado que el beneficio del hotel se dejará sentir principalmente sobre la ciudad más que en el puerto, se ha mostrado dispuesto a encontrar puntos de acercamiento"Seguimos apostando aún sabiendo que es un proyecto más para la ciudad que para el puerto; para el puerto se traduce en unas tasas, pero que no van a cambiar nuestra la realidad financiera", ha recordado.
"Las puertas siguen abiertas", dijo Rubio a este periódico, al tiempo que añadía: "Nadie se cierra a nada". Abriendo incluso la posibilidad de que haya que buscar "una solución de compromiso".
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