Málaga

La histórica amenaza que el desbordamiento del río Guadalhorce en su parte final provoca sobre los polígonos industriales de Málaga capital empieza a tener respuesta. Tras varios años de análisis, la Junta de Andalucía pone en marcha de manera formal los trabajos que, según las estimaciones dadas a conocer por el presidente andaluz, Juanma Moreno, van a permitir reducir un 60% el riesgo de inundabilidad de la zona productiva.

Y ello supone un paso más que considerable en la respuesta definitiva al problema de las inundaciones en este punto de la capital de la Costa del Sol. No obstante, el mismo día en que Moreno, acompañado entre otros del alcalde, Francisco de la Torre, ha puesto la primera piedra de las actuaciones, el dirigente regional ha conminado al Gobierno central a no dejar de lado sus obligaciones en este asunto, recordándole la necesidad de que afronte la sustitución del antiguo puente de la Azucarera, actuación que, según los técnicos, permitirá levantar por completo el riesgo de anegaciones.

"Estas son unas obras que le correspondía hacerlas al Gobierno, pero no estamos para echarnos las culpas unos a otros; a la vista de falta de respuesta las hacemos en solitario", ha enfatizado, confiando en que el Ejecutivo de la Nación "tenga la celeridad suficiente para sustituir el puente de la Azucarera y cerrar el círculo de infraestructuras que Málaga necesita para resolver los problemas de inundaciones". 

Los trabajos arrancados este jueves tienen un coste algo superior a los 7,3 millones de euros y un plazo de materialización de 16 meses. Conforme a este calendario, la previsión es que puedan estar completadas para mayo o junio de 2023.

"Probablemente es una de las actuaciones más importantes que acomete la Junta en Málaga", ha defendido el presidente andaluz, quien ha destacado que con ellas se busca solventar un problema que ha limitado de manera clara el crecimiento económico de la zona.

El mismo valor le ha otorgado el alcalde. De la Torre, quien fue el impulsor años atrás de los primeros estudios para dar una solución provisional al problema del Guadalhorce, ha valorado que a la espera de la construcción de un nuevo puente, que incremente de manera sustancial la capacidad de desagüe del río, se desarrollen actuaciones de menor dimensión pero que "permiten respirar"

De hecho, el objetivo principal es el de incrementar la capacidad actual del cauce en su tramo final para poder asumir una avenida de 500 años de periodo de retorno. Los estudios manejados concluyen que con las siete operaciones planificadas la superficie de inundabilidad actual para 500 años de retorno pasará de 1.011 hectáreas a 427 hectáreas.

La propuesta técnica incluye, entre otras medidas, el recrecido de la margen izquierda de los arroyos Prado de Jurado, de las Yeguas, Boticario y Pocapringe en su confluencia con el encauzamiento del río Guadalhorce, y el acondicionamiento a su estado original del encauzamiento en el entorno del ferrocarril de Cercanías Málaga-Fuengirola, con la retirada de acopios de material.

A estas hay que agregar la restauración del cauce de aguas bajas a las condiciones del proyecto original; el rebaje del cauce de aguas altas en las cercanías del puente de la MA-21, apertura total del segundo arco de avenida de la margen izquierda y la modificación de las tuberías de impulsión de la zona oeste de Málaga y Torremolinos bajo el puente de la MA-21; el recrecimiento de las motas del encauzamiento del Guadalhorce aguas arriba del puente de la MA-21; y el recrecimiento del encauzamiento del arroyo de las Cañas en su parte final.

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