Málaga

El alza de los precios en Málaga capital ya sea para alquilar o comprar una vivienda; el cierre masivo de espacios comerciales debido al impacto de la crisis sanitaria de la Covid y al auge del negocio por internet, han generado un escenario propicio para la búsqueda de alternativas residenciales. Y una de ellas sigue siendo transformar locales y oficinas en viviendas.

La dinámica que ya pudo constatarse en 2020 se ha mantenido viva este 2021. Los datos consultados por EL ESPAÑOL de Málaga de las licencias de cambio de uso otorgadas en este periodo por la Gerencia de Urbanismo de la capital evidencian esta situación. De hecho, según reconoce el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, a lo largo de todo este ejercicio los expedientes tramitados superan el centenar.

Los números recabados por este periódico sitúan en unos 130 las licencias otorgadas, aunque no en todos los casos se vinculan las operaciones con la adecuación de los locales para vivienda. A modo de ejemplo, la relación de permisos de obra concedidos en enero y febrero autorizaron el cambio de uso de locales, haciendo posible la creación de 23 viviendas

Una cifra que puede ser mayor si se tiene en cuenta que fue en febrero cuando el departamento dirigido por López dio luz verde a las obras de adecuación de un local de 744 metros cuadrados en el distrito de Campanillas para 15 viviendas, tres de ellas tipo loft y 12 con un solo dormitorio. Aunque el permiso es de este ejercicio, la tramitación del mismo se desarrolló en buena medida en 2020.

En muchos casos, como vienen señalando los estudios de profesionales que están dedicados a estos proyectos, el objeto de la intervención es destinar la vivienda para uso turístico. Ese fue al menos el origen de este tipo de actuaciones, si bien con el paso del tiempo son muchos los propietarios que han optado por intervenir para su propio uso.

Pese a que se trata de una posibilidad ciertamente tentadora, los interesados deben tener en cuenta que no en todos los sitios es posible. Lo ideal es que antes de dar el paso se analice la viabilidad urbanística. Para ello resulta clave comprobar el número máximo de viviendas permitidas en el edificio donde se encuentra el local.

La manera de hacer es sencilla. Basta con dividir el número de metros cuadrados construidos de uso residencial del inmueble por una media de 70 metros. El resultado será el número máximo permitido, con lo que en el supuesto de que el número de viviendas sea inferior al valor obtenido, cabría la posibilidad de cambiar el uso.

A partir de ahí, el proceso es simple, quedando acotar los costes a afrontar. Un cambio de uso que no requiera de obras puede exigir una cuota mínima de unos 120 euros, cifra que se incrementará en caso de que sí sean precisas actuaciones de adaptación del inmueble. En ese supuesto, el coste medio de las tasas puede ser de unos 7,5 euros por metro cuadrado de superficie construida. Cifras a las que habrá que sumar el coste de la intervención de adecuación.

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