El alza de los precios de materias primas y los costes de electricidad y producción sigue haciendo estragos. Y de manera muy directa en la provincia de Málaga. La fábrica de cemento de Málaga, perteneciente a FYM-HeidelbergCement Group, acaba de comunicar su decisión de parar el horno de fabricación de clínker (constituyente principal del cemento) por los "inasumibles costes de la electricidad que gravan la producción desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania".
Por medio de un comunicado remitido a los medios, se señala que la decisión es consecuencia del sistema español de fijación del precio de la electricidad basado en el concepto europeo de "precio marginal". La medida forma parte del plan de contingencia que la compañía venía preparando ante la posibilidad de que la guerra se prolongue y continúe disparando los precios energéticos.
En palabras del consejero delegado de FYM-HeidelbergCement Group, Jesús Ortiz, "en estos momentos excepcionales el sistema marginalista es un sistema perverso puesto que hace que el precio de la electricidad basado en el gas, que supone menos del 20% del consumo eléctrico, en la práctica esté contaminando el 100% de la factura eléctrica independientemente de dónde y a qué coste se genera la electricidad".
Ortiz, también vicepresidente de Oficemen, la patronal cementera española, aboga con la patronal cementera y con el conjunto de industrias electro-intensiva españolas por "la desconexión temporal del gas del sistema de fijación del precio marginalista de la electricidad, consiguiendo así un efecto inmediato en el recibo de la luz para todos los consumidores, industriales, PYMES, autónomos y familias, sin comprometer estructuralmente el sistema europeo de precio marginal y sin poner en riesgo la unidad del mercado interior europeo".
Como consecuencia de esta situación y hasta comprobar el efecto de los anuncios del Gobierno en el precio real de la electricidad, FYM-HeidelbergCement Group ha decidido ajustar su plan de producción en la fábrica de Málaga parando el horno hasta finales de marzo y reducir considerablemente el volumen de exportaciones mientras garantiza el suministro a los clientes locales. Por responsabilidad social, la empresa no considera por ahora aplicar otras medidas complementarias como el ERTE al que tuvo que recurrir en 2020 por la crisis del Covid.